- No hay ruido de sables en Génova. Al menos no por ahora. Pero conscientes de que deben de tomar decisiones de calado, en las altas esferas del PP comienzan a aflorar las críticas por el batacazo electoral del 21-D y, sobre todo, ante la amenaza de que Ciudadanos extrapole su victoria catalana al Estado en la próxima cita con las urnas en 2019. Los populares han visto debilitadas sus posiciones en Catalunya frente al huracán Ciudadanos y aunque la proclama interna llama a hacer piña en torno a Rajoy para abrir un tiempo de reflexión, algunas voces, como las del exministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, reclaman ya de forma abierta la necesidad de realizar sustituciones en las caras y contenidos.

Cuatro sillas en el Parlament, uno de ellos a última hora, es el pobre botín electoral del PPC de Xavier García Albiol. El partido quedó en posición de cola del unionismo y, lo que es peor, vio cómo el soberanismo respondía con una mayoría absoluta a la activación del artículo 155 por parte del Gobierno de Rajoy. La reacción más inmediata fue culpar a Ciudadanos por apelar al voto útil desde su atalaya como principal fuerza del constitucionalismo y haber hundido de esta forma a los populares.

Un segundo mensaje de mayor carga de profundidad, y que apuntaba a los errores propios en campaña, ha ido abriéndose paso. Margallo se ha abonado a esta tesis y emplaza al partido a cambiar de caras y de táctica, ya que la formación conservadora podría pagar una abultada factura en el conjunto del Estado las elecciones municipales y locales de 2019 si se no retoca su estrategia política. “Lo que tenemos que hacer es examinar por qué hemos jugado mal, qué táctica hemos empleado mal y si tenemos que seguir jugando con los mismos jugadores”, afirmó en una entrevista en La Sexta.

García Albiol, a quienes todos apuntan como el principal damnificado de la debacle en las urnas, trató de dimitir la misma noche del 21-D. La respuesta de Rajoy fue frenar su intención de abandonar la nave por no ser el momento preciso. El partido, aún así, ha sumado una primera baja en la persona del Secretario de Estudios de la filial catalana, Juan Arza, al considerar que el partido necesita una “renovación urgente”. “Si negamos que hemos tenido un mal resultado, vamos mal. Y si queremos seguir con la misma táctica vamos mal”, insistió Margallo para animar al PP a “reflexionar” ante la “enorme preocupación” de los militantes del partido “en toda España” por los resultados de Catalunya.

Precisamente este llamamiento a abrir paso a la autocrítica y no culpar a Ciudadanos fue verbalizado por el presidente de la Xunta de Galicia Alberto Núñez Feijóo. Otros barones territoriales también se han sumado a este coro, a la vista de que las expectativas para el paso por las urnas en 2019 son poco halagüeñas.

La percepción, aunque sea en los mensajes que la dirección estatal del PP lanza de cara al exterior, es bien diferente. Reiteran a llamar a la tranquilidad, como ayer hizo su coordinador general, Fernando Martínez Maillo. Reconocen eso sí que primero toca efectuar una “reflexión profunda de lápiz fino, viendo realmente lo que ha sucedido” en Catalunya, para pasar después de la Navidad a tomar las medidas necesarias. “Soy muy enemigo de las prisas, de las decisiones en caliente. Hay que hacerlo con la tranquilidad, la ponderación que requiere y ver las cosas con un poco de perspectiva y sin dramatismos excesivos”, afirmó.

ofensiva en enero Maillo no ve peligrar el puesto de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que en campaña se felicitara porque el Gobierno había “descabezado” al independentismo, ya que los responsables del resultado del PPC, que pasa de 11 a 4 parlamentarios, “somos todos”. De esta forma, y aunque solo mentara a la número dos de Moncloa, trató de establecer un cordón sanitario en torno a la figura de Rajoy. De igual manera, el alto cargo popular instó a “diferenciar autonómicas de generales”. “Tampoco conviene dramatizar en exceso más allá de lo razonable”, remarcó. Por el contrario, el alto cargo popular sí que reconoció que el PP “intensificará” su labor de partido a partir de enero. Desean empezar a “ponerle nombre a las candidaturas concretas” en cada institución pública en juego en 2019, pero “con tranquilidad”.