- Lo que apuntaban las encuestas previas llevadas a cabo durante la campaña ha terminado por convertirse en realidad. La CUP se empequeñece en el Parlament de Catalunya pasando de 10 a 4 diputados, pero continúa teniendo la clave para sumar la mayoría absoluta que el independentismo persigue.

Pese a las buenas sensaciones que sus líderes percibían en los mítines de campaña, el resultado no ha pillado por sorpresa a algunos asesores del partido que temían el castigo de los ciudadanos. El trasvase de votos a ERC puede entenderse como un voto reactivo a la situación que los republicanos y en concreto su cabeza de lista están sufriendo. La solidaridad, en este caso, con Oriol Junqueras podría haber pesado sobre la decisión final de muchos de sus votantes. Los electores también pueden haber castigado al partido por no haber tomado partido y responsabilidad entrando a formar parte del gobierno, ni siquiera los últimos meses de la legislatura cuando la Justicia acechaba a PDeCat y ERC. Por otro lado, no cabe olvidar que la CUP es una formación nueva en el ámbito autonómico, y pese a que tiene un peso indiscutible a nivel local, no existe un voto consolidado ni fiel para los comicios que superan los municipios.

La Nave Bostik de Barcelona, una antigua fábrica recuperada como equipamiento cultural, fue el lugar escogido por la CUP para seguir la noche electoral. A partir de las 21.00 un goteo constante de gente iba llenando el espacio de caras expectantes. Un público no estrictamente joven seguía con cierta perplejidad la actualización de datos de escrutinio y con un 60% del voto escrutado la remontada del mal resultado ya se dio por perdida. Los comentarios en voz baja sostenían una sensación agridulce: alegría por los resultados globales del independentismo y frustración por los resultados propios.

El candidato Carles Riera se felicitó en su intervención por los resultados globales del independentismo y advirtió que harían “valer sus cuatro diputados para construir la república unilateralmente, porque no hay otra forma posible”. Refirió también las condiciones en las que se ha llevado a cabo la campaña y el “contexto represivo excepcional pese al cual la opción republicana ha sido la mayoritaria” y señaló que “el Estado no nos ha derrotado”. Pese a ser necesarios para mantener la mayoría independentista en la cámara catalana, la pérdida de músculo le dará menos margen para realizar la presión que hasta ahora han podido ejercer sobre ERC y PDCat. La CUP deberá defender un papel complicado esta nueva legislatura en la que no tendrá grupo parlamentario propio. El grupo mixto les espera con unos compañeros incómodos: los tres diputados del PP de Albiol.