madrid - La Audiencia Nacional ha absuelto al histórico miembro de ETA Juan Antonio Olarra Guridi, Jon, del asesinato del policía Juan Manuel Helices en Irun en 1992, al considerar que no ha quedado suficientemente probado que fuese él quien le disparó cuando integraba el comando Donosti.

El ex jefe militar de ETA se enfrentaba a 42 años de prisión por los delitos de atentado con resultado de muerte y de tenencia ilícita de armas, de los que ha sido absuelto ahora por la sección segunda de lo Penal -compuesta por Julio de Diego, José Ricardo de Prada y Juan Pablo González-. Aunque el tribunal considera que “se ha practicado prueba de cargo válida” en el juicio, cree que no es “suficiente para destruir la presunción de inocencia del acusado”, quien ya cumplió condena en Francia por otros hechos tras ser detenido en 2002.

Los jueces no cuestionan ni que Guridi integrase el comando Donosti ni las circunstancias en las que se produjo el atentado, sino que manifiestan que no se ha podido demostrar que fuese él quien disparó al policía.

Por tanto, la Sala considera probado que Guridi se encontraba el 22 de abril de 1992 con su compañero de comando José María Igerategi Gillisagasti, fallecido en una explosión en Gasteiz en 1994, en la avenida de Navarra de Irun armados con una pistola FN-Browning y un subfusil imitación de la marca UZI, fabricado por ETA a partir de piezas originales. Al levantar sospechas su actitud, prosigue la sentencia, se aproximaron a ellos dos policías uniformados para que se identificaran, momento en el que le dispararon una sola vez con la pistola en la cabeza, huyendo a continuación.

Testimonio poco claro Tampoco ha contribuido para condenar al exjefe de ETA por este asesinato la declaración como testigo del miembro de la banda arrepentido Luis Gorriti, que después de admitir hace años ante la Policía que el propio Olarra Guridi le había reconocido su autoría en el atentado que acabó con la vida del policía, en el juicio tan solo dijo que “era posible” pero que no le creyó porque el exdirigente etarra “contaba muchas historias”. - Efe