vitoria - EH Bildu evitó ayer la confrontación con el PNV y le ofreció un acuerdo a tres, con Elkarrekin Podemos, para alumbrar un nuevo estatus de autogobierno para Euskadi. El miércoles de la próxima semana, los partidos con representación en el Parlamento Vasco pondrán sus propuestas sobre la mesa en la Ponencia de Autogobierno y, en ese contexto, la coalición abertzale detectó ayer una “buena base común” entre los tres partidos, e incluso citó conceptos muy ligados a la propuesta del PNV, como el blindaje del autogobierno y la relación bilateral, de igual a igual, con el Estado. En una entrevista en Onda Vasca, el parlamentario Iker Casanova no ocultó que pueden existir diferencias de interpretación sobre los conceptos y la metodología, aunque es la primera vez que EH Bildu asume este lenguaje con tanta claridad como marco para la discusión, cuando hasta hace poco recelaba de esos conceptos y decía que la bilateralidad es imposible con el Estado español.

Casanova comenzó su argumentación aludiendo al pacto presupuestario entre el Gobierno Vasco y el PP, y pidió nuevas mayorías para dar estabilidad a la comunidad autónoma, más allá de los Presupuestos. En ese contexto, alentó el acuerdo sobre el nuevo estatus de autogobierno y vio “una buena base común” con PNV y Elkarrekin Podemos. “Hay una parte del diagnóstico que es compartida. Iñigo Urkullu y el conjunto del PNV es absolutamente consciente del agotamiento del modelo autonómico. Se está produciendo una recentralización sistemática que, además, se va a acelerar a raíz del proceso desatado en Catalunya. Sobre la necesidad de construir un nuevo modelo de relaciones con el Estado y que ese modelo blinde el derecho a decidir de la ciudadanía vasca hay un acuerdo con el PNV y Elkarrekin Podemos. Hay un punto de partida compartido en torno a lo fundamental. Luego existen distintas metodologías e interpretaciones de la bilateralidad”, dijo.

A partir de ahí, reconoció que “quizás no hayamos sabido generar espacios de confianza”. “Si sirve en estos micrófonos, reitero la disposición de EH Bildu a llegar a ese acuerdo sincero, si tiene que ser discreto, discreto, para ir superando desconfianzas. Cualquier persona que entienda que este país tiene que llegar a un escenario de mayor autogobierno, de un autogobierno blindado, y de una bilateralidad real en las relaciones con el Estado basada en unas relaciones de igualdad, entiende que PNV y EH Bildu tendrán que llegar a articular algún tipo de acuerdo, porque tienen mucho más en común que con PP y PSE, presos de una dinámica recentralizadora”, explicó.

En todo este tiempo, EH Bildu no ha llegado a rechazar de manera expresa la vía bilateral y se ha mostrado dispuesta a explorarla en una primera fase, pero partiendo de la consideración de que es un concepto idílico, el Estado respondería con un portazo y ese desenlace obligaría a tener diseñado de antemano un plan de contingencia para aplicar el nuevo estatus por encima de la voluntad de Madrid. Hasta la fecha, su propuesta en la ponencia parlamentaria aboga por negociar con el Estado exclusivamente sobre la metodología, pero no sobre los contenidos del nuevo estatus. Esa vía unilateral, de inspiración catalana, le llevaba a mirar con recelos la apuesta bilateral del PNV. A su juicio, un acuerdo con el Estado como el que tuvo Escocia con Reino Unido para celebrar un referéndum de independencia sería lo ideal, pero no es un escenario realista en el caso de España porque no respeta las competencias vascas, las vulnera sistemáticamente con leyes básicas y, además, acaba de suspender el autogobierno catalán con el artículo 155 de la Constitución española.

EH Bildu es el único partido del Parlamento Vasco con ese discurso. El resto, incluidos el PNV y Elkarrekin Podemos, defiende la bilateralidad y no imitar el procés. Se da la circunstancia de que la apuesta unilateral está perdiendo peso en la propia Catalunya, donde el PDeCAT y ERC prácticamente la han desterrado de su vocabulario. Algunos sectores lo ven como un cambio cosmético que busca aliviar la situación procesal de sus cargos encarcelados e investigados, pero ha venido acompañado de un ejercicio de autocrítica que parece anticipar un cambio de estrategia. Algunas voces han reconocido que no esperaban una respuesta tan dura del Estado y que nadie en Europa se pusiera de su parte para reconocer la independencia catalana y mediar. También han señalado que les ha faltado ensanchar la mayoría social y atraer a los comunes y Podemos. En este momento, el único reducto en la defensa de la vía unilateral en Catalunya es la CUP, con quien Sortu mantiene relaciones políticas fluidas.

EH Bildu habló ayer de la bilateralidad real para centrarse en lo que une a la coalición, al PNV y a Elkarrekin Podemos, sin incidir en un eventual veto del Estado ni pensar en el día después o plantear que ese escenario no es realista. La incógnita que queda en el aire es la interpretación que pueda hacer cada uno de la bilateralidad, y si la coalición aber-tzale se sumaría a un proceso gradual para ampliar el autogobierno o solo contempla la independencia.

Casanova respondió ayer a varias preguntas sobre el procés y su resultado, con la autonomía catalana suspendida y sin avances aparentes en forma de estructuras de Estado o independencia. El parlamentario reconoció esas dificultades y detectó un “punto de inflexión” por la aplicación del artículo 155 y la convocatoria de elecciones, pero avisó de que el independentismo “sigue fuerte” y de que EH Bildu apoyará a los soberanistas decidan lo que decidan tras el 21 de diciembre.

pacto de estabilidad Volvió a plantear un acuerdo al PNV para dar estabilidad a la comunidad autónoma pactando con EH Bildu y Elkarrekin Podemos, una invitación a la que los jeltzales no dan credibilidad y creen que llegaría tarde. Casanova dijo que esta oferta se ha planteado en vista de la situación “excepcional” que atraviesa el Estado porque el modelo autonómico está roto. Pidió construir alianzas con quienes comparten el derecho a decidir. “El corolario de ese razonamiento es que existe una mayoría amplísima que pasa por Elkarrekin Podemos, EH Bildu y PNV y puede dar estabilidad a este país”, dijo.

Reconoció que el acuerdo sería complejo, pero se aferró al carácter excepcional de la situación para proponer acuerdos “que en una situación ordinaria no serían tan normales”. Comparó esta situación con la navarra, donde se alcanzó un acuerdo para poner fin a los casos de corrupción y a la exclusión de una parte de la ciudadanía.