Barcelona- La CUP decidirá el domingo próximo, día 12 de noviembre, si concurre en coalición en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, convocadas por el Gobierno de Mariano Rajoy tras disolver el Parlament en aplicación del artículo 155 de la Constitución. Reunido su Consell Politic ayer en Perpignan (Francia), sus representantes optaron por someter su participación o no en las urnas del 21 de diciembre a lo que dicte su máximo órgano de decisión, aún y a sabiendas de que el plazo para formalizar candidaturas en coalición expira este martes 7 de noviembre.
Este movimiento de ficha de la CUP, que con sus diez representantes en el Parlament ha sido una formación decisiva para llevar hasta las últimas consecuencias la convocatoria del referéndum del 1 de octubre y la posterior Declaración Unilateral de Independencia (DUI), hace que los cuperos se autodescarten de inicio de la formación de una alianza soberanista. E incluso puede que finalmente no concurran al 21-D. La alianza entre movimientos soberanistas es en principio la fórmula que ansían PDeCAT y ERC, desde el bando político, y las entidades como ANC u Òmnium Cultural. La CUP, por el contrario, se tomará su tiempo. “No nos interesan tanto los formatos como qué haremos”, afirmó ayer la portavoz de su Secretariado Nacional, Núria Gibert. “Esto se tiene que decidir en la Asamblea Nacional”, abundó.
Gibert no quiso desvelar si es el momento propicio para conformar esa alianza de fuerzas proindependentistas que el propio Puigdemont invitó a formar ayer desde Bruselas. Coinciden con el expresident en que “el momento es crucial” y es por ello que harán “los contactos necesarios”. Por el contrario, esa premura no hará que la formación antisistema modifique sus ritmos propios, ni que “se vaya a entrar a responder a tuits”. En lugar de negociar sobre “listas y coaliciones”, sus responsables prefieren abordar el debate sobre hacia donde deben de encaminarse los pasos del independentismo tras los comicios autonómicos del mes próximo, que consideran a todas luces ilegítimos por haberse convocado desde el Consejo de Ministros del Gobierno de Rajoy.
La CUP reclamó abandonar los debates “mediatizados y una presión completamente desproporcionada”, como la que se produjo cuando en 2015 se negociaba la participación en la acumulación de fuerzas soberanistas de Junts pel Sí -JxSí, formado por ERC y PDeCAT- y, posteriormente, en el encendido debate de los cuperos sobre la investidura de Artur Mas como president de la Generalitat. “Salimos del Consell Polític -en el que se encontraban la diputada Anna Gabriel o el exdiputado David Fernández- teniendo muy claro que la organización se debe preparar para absolutamente todos los escenarios políticos”, afirmaron. Entre esos posibles escenarios se baraja incluso la opción de que la formación no acuda a las urnas del 21-D, tal y como en un principio se vislumbraba. Todo indica, por el contrario, que sus papeletas estarán disponibles. La postura definitiva, aún así, queda en manos de su asamblea.