BILBAO- Seis años exactos se cumplen mañana de la Conferencia Internacional de Aiete que preparó el terreno para que, tres días después, ETA anunciara el fin de su actividad armada. El Foro Social Permanente, con su coordinador Agus Hernán al frente, prepara mañana en este mismo escenario un encuentro con el mediador Brian Currin y su equipo que les servirá para arrancar un curso en el que, previsiblemente, la banda armada echará la persiana.

¿Va a servir la cita de mañana en Aiete como pista de aterrizaje para el anuncio de disolución de ETA?

-La Declaración de Aiete hace seis años y el anuncio de ETA, tres días después, de cese definitivo de su actividad armada marcaron la historia de este país. Hace un año también realizamos por estas fechas un acto que sirvió para colocar los raíles del desarme. Ahora nuestra agenda es más amplia y aborda la desmovilización (disolución) de ETA, la reintegración de presos, las víctimas? En ese sentido, la cita de mañana en Aiete sí puede colocar varios raíles.

¿Esos raíles traerán de manera inminente la desaparición de ETA?

-No nos corresponde a nosotros poner fechas. Vemos con satisfacción que ETA está en un debate que se está produciendo de una manera sosegada, sin presiones ni expectativas innecesarias. Lo importante es que sea un debate entre todos los militantes de ETA y que suponga una aportación a un proceso de paz y convivencia.

En Aiete, hace seis años, estuvieron Kofi Annan y ex primeros ministros de importantes países europeos. Sin embargo, mañana estará solo el mediador Brian Currin. ¿Qué significa esto?

-Los agentes de la comunidad internacional que estuvieron en Aiete hace seis años siguen estando ahí. No solo la Comisión Internacional de Verificación o el Grupo Internacional de Contacto liderado por Brian Currin. También las personalidades que estuvieron en Aiete en 2011 siguen de cerca el proceso.

Estuvieron presentes en el desarme, ¿también lo están en la disolución de ETA?

-Es una decisión, la de disolverse, que corresponde a ETA. Nosotros creemos que es importante que la comunidad internacional acompañe el proceso del final de ETA.

¿Lo está acompañando?

-Es importante que lo hagan. Veremos cómo se desarrolla y se escenifica el proceso. El acompañamiento de la comunidad internacional dará seguridad a todas las partes.

¿Se sitúan en ese contexto las reuniones de Currin estos días?

-Sí, claro. El GIC trabaja con una agenda integral que incluye la reintegración de los presos y las víctimas, pero también la desmovilización.

¿Cómo ha de concretarse esa desmovilización o disolución de ETA?

-En Irlanda, el IRA nunca anunció su disolución; en Colombia, las FARC se han convertido en un partido político; en El Salvador, el FMLN está gobernando en la actualidad. Nosotros no pretendemos aplicar ninguno de esos modelos al caso de Euskal Herria, eso le corresponderá a ETA. Nos parece importante que en la decisión que tome incluya la desarticulación de todas sus estructuras militares y que la lectura que haga sirva para transmitir a la sociedad vasca una lectura crítica y compartida.

Habla de lectura crítica. ¿Se refiere a un perdón o reconocimiento del daño injusto causado?

-El reconocimiento del daño injusto causado por parte de ETA es un elemento que aportaría muchísimo a un proceso de paz y convivencia. Pero también sería una aportación que los actuales gobernantes hicieran un reconocimiento de la responsabilidad de anteriores gobernantes en casos de guerra sucia, de torturas o de violaciones de derechos humanos por abusos policiales.

¿Ambos reconocimientos están condicionados al de la otra parte o deben hacerse unilateralmente?

-Este no es un proceso de negociación. Las partes tienen que dar los pasos necesarios desde su propia responsabilidad, sin condicionantes. Sería muy satisfactorio que ETA hiciera esa lectura crítica y que los actuales gobernantes reconocieran que los anteriores gobernantes cometieran aquellos excesos.

¿Algún factor externo, como lo que está ocurriendo en Catalunya, podría retrasar la decisión de ETA?

-Es evidente que lo que está ocurriendo en Catalunya es un factor convulso que puede influir en la capacidad de decisión de los partidos para abordar las consecuencias del conflicto vasco, pero no creo que vaya a influir en la decisión de ETA. No hay ningún dato objetivo que le permita a ETA retrasar esa decisión.

¿Cómo pretenden unir a los partidos y sindicatos en un acuerdo sobre la situación de los presos?

-Deberíamos llegar en el marco vasco a un acuerdo integral sobre los presos. Las decisiones del EPPK favorecen mucho ese camino. Estamos trabajando en un acuerdo entre partidos, sindicatos y los gobiernos vasco y navarro y la institución única de Iparralde. Además, hay que generar una corriente de opinión en el Estado español favorable a una evolución de la política penitenciaria. Cuando esos tres elementos estén alineados será el momento para que el PP y el Gobierno español empiecen a dar pasos.

¿Qué debe concluir ese acuerdo sobre los presos? ¿Su liberación inmediata?

-Esa posibilidad no está contemplada ni por nosotros ni por los partidos y los sindicatos. El Foro Social tiene tres elementos prioritarios: el acercamiento de los presos; que los 21 presos con enfermedades graves cumplan lo que resta de sus condenas en su domicilio; y resolver la situación de los presos con pocos años de condena pendiente, la mayoría de edad avanzada.