Familiares y compañeros del ertzaina Txema Agirre le rindieron homenaje ayer en Bilbao en el vigésimo aniversario de su asesinato a manos de ETA, cuando realizaba labores de vigilancia en las inmediaciones del Guggenheim días antes de su inauguración. “Dio su vida por que hoy en día todos podamos ver este museo y por los ciudadanos”, destacaron ErNE y ELA, que lamentaron que las instituciones y el patronato del Guggenheim no se hayan “implicado mucho más” en este homenaje.
El homenaje fue convocado por estos dos sindicatos con el fin de “honrar la memoria” de su compañero y trasmitir a su familia su “cariño y reconocimiento”, y se desarrolló en la explanada del Museo, en la plaza que lleva el nombre de Txema Agirre, con la presencia de familiares y numerosos miembros de la Policía Vasca. Al acto acudió la directora de víctimas del Gobierno Vasco, Mónica Hernando. También se sumaron la secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, y la presidenta de la formación en Bizkaia, Raquel González.
Txema Aguirre, de 35 años, fue asesinado de un tiro por la espalda a primera hora de la tarde del 13 de octubre de 1997, cuatro días antes de la inauguración oficial del Guggenheim Bilbao, mientras realizaba tareas de vigilancia en la explanada que da acceso al museo. Los terroristas habían planeado lanzar granadas contra el edificio el día de la inauguración, a la que acudieron el rey Juan Carlos I, el entonces presidente del Gobierno español, José María Aznar; y el lehendakari en aquel momento, José Antonio Ardanza. Con ese objetivo, el día del asesinato pretendían colocar en la zona unos maceteros falsos que contenían el armamento, momento en el que fueron interceptados por Agirre, quien les pidió la documentación. En ese instante le dispararon un tiro prácticamente a bocajarro por la espalda y tras 26 horas de agonía falleció en el hospital.
El homenaje a Agirre comenzó el jueves por la noche, cuando más de una decena de coches patrullas de la Ertzaintza pasaron por el lugar del atentado con los rotativos luminosos encendidos. “A Txema le arrebataron la vida por defender sus convicciones y proteger a la sociedad a la que servía. Su muerte supuso un profundo dolor para todos y especialmente para los más cercanos, su familia y compañeros”, destacaron ayer los sindicatos convocantes. “Eligió esta profesión de ertzaina para ayudar a los demás, proteger a la sociedad y luchar contra las injusticias”, subrayaron para concluir: “La tolerancia y el diálogo eran sus armas más poderosas”.
El secretario general de ErNE, Roberto Seijo, aseguró que los sindicatos seguirán realizando este homenaje “año tras año” y añadió que “lo único que nos falta es que las instituciones y el patronato del Guggenheim se habrían implicado mucho más en rendir homenaje a Txema, que nos gustaría que fuera así año tras año”. “Hasta que los sindicatos ErNE y ELA no hemos promocionado este homenaje que rinden todos los años los compañeros de la Comisaría de Bilbao, no hemos visto por parte de ninguna institución, ni patronato, ni partidos políticos ninguna muestra de cariño ni de apoyo a este tipo de homenajes que Txema y la Ertzaintza se merece”, lamentó. - E.P./Efe