madrid - La crisis territorial se adentra a partir de ahora en su momento más crítico y delicado, con el fantasma del artículo 155 planeando sobre el contencioso catalán y amenazando con provocar la voladura definitiva de todos los puentes. El presidente español, Mariano Rajoy, abrió ayer la vía para aplicar el artículo 155 de la Constitución española y suspender la autonomía catalana, pero evitó hacerlo de manera inmediata y quiere que el president Puigdemont diga primero si lo que hizo el martes en el Parlament fue declarar la independencia de Catalunya. De ese modo, trata de depositar en los hombros del president la responsabilidad de que Madrid active medidas traumáticas, y tendría la percha necesaria para desplegar el artículo 155, legitimar la suspensión de la autonomía y no perder la batalla del relato a nivel internacional. “La respuesta del president marcará el futuro de los acontecimientos en los próximos días”, zanjó Rajoy.
El presidente español tuvo otra intervención bien entrada la tarde, en el Congreso de los Diputados, donde trató de escenificar un perfil más conciliador. En un debate donde el tono de todas las partes fue moderado, llegó a pedir a Puigdemont que “acierte”, y le basta que diga que “no declaró la independencia”. Es el enganche que busca para abrir unas conversaciones que nunca serán sobre el derecho a decidir, porque esa es la línea roja del PP. Rajoy presentó su petición a Puigdemont como algo sencillo, aunque en realidad le pidió una rectificación absoluta: quiere que diga que no declaró la independencia, y no le vale que Puigdemont responda que la declaración está suspendida. Pretende que abandone la senda soberanista y aparque los efectos de las leyes del referéndum y de transitoriedad.
Además, se negó a pactar un referéndum legal. Ofreció cambios en la financiación y mejoras en el autogobierno que no concretó. Esa pantalla está ya superada por el soberanismo, que ayer recordó el impacto emocional que han tenido en los ciudadanos catalanes las cargas policiales contra el referéndum. En cualquier caso, aprovechando el ínterin hasta la formalización del 155 y el buen tono del debate de ayer, partidos como Podemos y el PNV multiplicaron sus apelaciones a Rajoy para que evite el choque e interprete de manera flexible la la declaración del Parlament.
La intervención de Puigdemont el martes ha complicado al PP la toma de decisiones inmediatas y contundentes. El president asumió el mandato expresado por los catalanes en el referéndum del 1 de octubre, donde ganó la independencia con un 90,18% de votos y la participación de un 43% del censo; pero no formuló una declaración formal de independencia para dejar la puerta abierta al acuerdo, la suspendió sin fijar un plazo límite, y dio una nueva oportunidad al diálogo, tal y como le había pedido el Consejo Europeo. Más tarde, los diputados de Junts pel Sí y la CUP firmaron una declaración de constitución de la República catalana, pero sus efectos jurídicos no están claros y no se votó en el Parlament. Los medios de comunicación internacionales interpretaron que Catalunya ha suspendido la independencia y ha dado una oportunidad al diálogo. Es la misma lectura que han hecho Podemos, los comunes de Ada Colau, el PNV y el lehendakari.
Puigdemont tendrá cinco días de plazo, hasta el lunes a las 10.00 horas, para ofrecer una respuesta al requerimiento y aclarar si ha proclamado la independencia. Rajoy ha activado un segundo plazo, hasta el jueves de la próxima semana a las 10.00 horas, para que rectifique. De lo contrario, se pondrá en marcha el 155. Ayer no hubo un posicionamiento claro del Govern. En cualquier caso, los matices sobre la entrada en vigor o la suspensión de la independencia podrían no importar: Rajoy dejó ver que la aplicación del artículo está muy cerca cuando avisó de que “el Consejo de Ministros ha acordado requerir formalmente al Govern de la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia de Cataluña, al margen de la deliberada confusión creada sobre su entrada en vigor”. Por la tarde, en el Congreso, justificó la medida en el “desafío sin precedentes” a la ley.
Rajoy tiene las manos libres para activar el artículo 155. El PP cuenta con la mayoría absoluta necesaria en el Senado y, en términos políticos, tampoco está solo porque tiene el apoyo de Ciudadanos y el PSOE. Si la respuesta de Puigdemont no le satisface y decide abrir el procedimiento para suspender la autonomía, tendrá que enviar un informe al Senado con todas y cada una de las medidas que quiera activar, para que sean debatidas en comisión y aprobadas en pleno. En cuanto al alcance, la Constitución no fija límites. Se especula con la suspensión de la autonomía para forzar una convocatoria de elecciones en Catalunya, y también con la inhabilitación del Govern en pleno. En ese caso, se agotarían las razones del president para mantener en suspenso la independencia, porque el diálogo saltaría por los aires. La coincidencia generalizada es que el choque se agravaría, con dos autoridades paralelas en Catalunya, y un acelerón en el procés, salvo que surgiera algún tipo de mediación internacional.
La diputada de la CUP Eulàlia Reguant avisó de que, si se suspende la autonomía, “inmediatamente” se pondrá en marcha el procedimiento para construir el nuevo Estado, según declaró en Catalunya Ràdio. En cualquier caso, los ritmos y el discurso de la CUP se están alejando en las últimas horas del planteamiento de Junts pel Sí. El conseller de Territorio, Josep Rull, por ejemplo, se limitó a decir ayer que el Govern ha sido generoso y espera que Rajoy recoja el guante.
choque de rajoy y puigdemont Se aplique o no el 155, el Govern y Rajoy mostraron ayer su divorcio, lo que complica la solución dialogada. Puigdemont propuso en la cadena estadounidense CNN un “diálogo sin condiciones”, aunque debería partir del reconocimiento de que hay una mayoría catalana que “quiere un Estado independiente” y desea pactarlo con Madrid. Pidió activar una mesa entre el gobierno español y el catalán para que acuerden un mediador. Rajoy, por su parte, fue un muro con el derecho a decidir. Dijo que no existe en ningún país democrático porque la ONU solo reconoce la emancipación de los países colonizados. “Se puede dialogar sobre servicios públicos, financiación, mejorar el autogobierno...”, dijo.
El PSOE ha pactado con Rajoy comenzar el debate de la reforma constitucional el próximo año, pero para los soberanistas llega tarde. ERC avanzó que no participará. Rajoy, por otro lado, no citó ayer el delito de rebelión ni la detención de Puigdemont, aunque hay procedimientos abiertos y en curso por desobediencia.