barcelona - La aplicación del artículo 155 de la Constitución sembraría el terreno para la convocatoria de unas elecciones autonómicas en Catalunya. A ese escenario futuro se agarraron ayer, nuevamente, los partidos constitucionalistas que ven en las urnas la oportunidad perfecta para desalojar a Carles Puigdemont y, en paralelo, hacer descarrilar el proceso soberanista. Las fuerzas independentistas y el Govern, por el contrario, descartan una convocatoria próxima de elecciones, aunque la CUP pueda tener la última palabra si, para colmo, decide no participar en la Cámara catalana hasta que se haga efectiva la declaración de independencia. Y es que los escaños de la fuerza anticapitalista son necesarios, por ejemplo, para conseguir una mayoría que apruebe los próximos Presupuestos.
El vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras, descartó “del todo” que pueda darse un adelanto electoral como vía de solución. Sabedor de que la competencia para convocarlas es exclusiva del president, el líder de ERC subrayó que “yo seguro que las descarto y espero no ser el único que las descarte”. En declaraciones a RAC1, Junqueras reafirmó el compromiso del Govern de aplicar el resultado del referéndum del 1-O si la apuesta por el diálogo lanzada por el president no obtiene sus frutos. En este sentido, señaló que “lo que quiero es que este trabajo culmine de la mejor manera posible y lo más rápido posible”, por lo que “hacer ahora unas elecciones no ayudaría a que fuera rápido. Las descarto del todo”. Ahora bien, al ser cuestionado sobre si hay unanimidad en el Govern al respecto, se ciñó a su opinión. “Lo que toca es asumir la responsabilidad y asumir nuestro trabajo”, dijo, un mensaje en consonancia con lo expresado previamente por el conseller de Presidència y portavoz del Ejecutivo catalán, Jordi Turull.
En el polo opuesto la opinión del presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien hizo un llamamiento para que no se fíe la soberanía nacional a una mediación internacional o a una “mesa oscura” de negociación con los partidos independentistas, ahondando en su exigencia de que el Gobierno convoque comicios en Catalunya para, ya después, con “nuevos interlocutores”, reformar la Constitución de 1978. “Tras 30 años de nacionalismo en Cataluña”, esta crisis “no se soluciona con ideas mágicas, ni con comisiones de estudio (sobre la reforma del modelo territorial), ni con ocurrencias”. Negándose a volver al “pasteleo” y al “cambio de cromos” que cree que los sucesivos gobiernos del PP y del PSOE practicaron con los soberanistas, reclamó poner fecha a unas elecciones anticipadas en Catalunya.
Mientras, la portavoz del PSC en el Parlament, Eva Granados, abogó también por ir a las urnas ya que “Puigdemont está cada vez más solo. La legislatura ha acabado”. Una visión que comparte el líder de su partido, Miquel Iceta.
Por su parte, el presidente del PP en la CAV, Alfonso Alonso, declaró desde Bilbao que “la única salida que tiene ya Puigdemont es dimitir, volver a la legalidad y que haya elecciones en Cataluña para que se termine el proceso y, dentro de la legalidad, se pueda iniciar un diálogo constructivo”. “Lo último que ha hecho en el Parlament supone continuar la farsa y querer jugar con todo el mundo, propios y ajenos”, zanjó.