madrid - La decisión de promover la reprobación de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a la que desde la dirección del PSOE señalan como responsable de las cargas policiales del 1 de octubre, ha agitado las aguas internas en el socialismo. Aunque la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, aclarara que la censura política a la número dos de Moncloa no afecta al compromiso de la formación de seguir apoyando al Estado de Derecho frente al conflicto político en Catalunya, lo cierto es que algunos barones territoriales y diputados han elevado la voz crítica contra esta medida.
El presidente de la Comisión de Defensa y exdirigente castellanomanchego, José María Barreda, es uno de los críticos. Barreda considera necesario apoyar al Ejecutivo “frente a la desobediencia, deslealtad y rebeldía antidemocrática de la Generalitat”. Pero la opinión más explosiva respecto de esta medida llegó del exvicepresidente del Gobierno y ex número dos del partido, Alfonso Guerra, que exigió la retirada la reprobación de Sáenz de Santamaría y sustituirla por otra iniciativa que censure la actuación de los “golpistas” independentistas.
Ferraz, por si acaso, ya ha salido al paso de las críticas internas. Fuentes de la dirección afirmaron ayer que el secretario general, Pedro Sánchez, cuenta con el respaldo del grupo parlamentario y que sólo ha habido una opinión discrepante aislada. - E.P.