BILBAO - El doble atentado en Catalunya ha causado una gran conmoción en el seno de la comunidad islámica catalana, que observa con gran preocupación un caso de radicalización con origen en una mezquita. Un grupo de media docena de musulmanes residentes en Ripoll, localidad de la que provenían los integrantes de la célula yihadista, apuntaron ayer la necesidad de establecer mayores controles para la contratación de los clérigos por parte de los centros de oración. Este grupo sugirió que la responsabilidad recaiga directamente en el Gobierno de Marruecos, quien debería dar su visto bueno tras comprobar que el candidato en cuestión no hubiera cometido ningún delito.
Abdelbaki Es Satty, el imán de Ripoll al que se considera máximo responsable del reclutamiento e instrucción del resto de miembros de la célula yihadista, ocultó su pasado en prisión a la hora de optar al puesto. Antes de llegar a la localidad gerundense, cumplió una pena de cuatro años en la cárcel de Castellón por tráfico de drogas tras ser detenido en Ceuta cuando transportaba 12 kilos de hachís. Los responsables del centro de oración no conocieron ese detalle hasta que se produjeron los atentados en Barcelona y Cambrils, ya que apenas hay filtros de control en la llegada de imanes por la escasa infraestructura con la que cuenta la comunidad musulmana en el Estado español. Además, Es Satty consiguió burlar los mecanismos de las fuerzas de seguridad, que llevan años tratando de atajar de raíz los discursos del odio en centros religiosos.
Los practicantes del islam en Ripoll observan con inquietud la designación del próximo clérigo por miedo a que se repita un caso similar. “Solo tenemos confianza en la mezquita, no en el imán”, señaló ayer uno de los promotores de la petición, quien no quiso revelar su nombre. Este grupo de musulmanes confía en que una medida como el traslado de la designación al Gobierno de Marruecos contribuya a evitar la puesta en contacto de los jóvenes con personas de ideas extremistas. La idea, de hecho, sigue la estela de otra propuesta de la Comunidad Islámica Española (CIE), quien sugirió que se pida un certificado que avale la ausencia de antecedentes penales.
Preguntados por la actitud de Es Satty durante su paso por la mezquita de la localidad, este grupo de musulmanes afirmó no haber tenido sospechas de su actitud en ningún momento. A la vista de lo sucedido, creen que tenía un doble discurso: uno radical con los jóvenes y otro normal con el resto de los asistentes al centro de oración.
REUNIÓN CON EL CÓNSUL El alcalde de Ripoll, Jordi Munell, y el cónsul de Marruecos en Girona, Mohamed El Harrak, mantuvieron ayer un encuentro para escenificar su trabajo en común por la convivencia social de cara a “evitar una fractura” en el municipio gerundense. Ambos recalcaron la necesidad de que la localidad “vuelva lo antes posible a la normalidad”. El Ayuntamiento, de hecho, ha puesto en marcha un plan socioeducativo con el que pretende evitar el crecimiento de discursos radicales. El regidor ejemplificó la idea comparándola con el deporte de modo que todos los niños respeten a todas las nacionalidades que puedan convivir en un equipo. - DNA/E. P.