- El monumento La Huella-Aterpe 1936, que homenajea en Artxanda a los gudaris y milicianos que lucharon contra las tropas de Franco en la Guerra Civil, amaneció ayer cubierto de símbolos y lemas falangistas. Las pintadas, que fueron realizadas de madrugada y ya han sido borradas por los servicios municipales, mostraban la imagen del yugo y las flechas y, entre otras inscripciones, la palabra Falange.

Las pintadas del yugo y las flechas ocupaban al completo una placa explicativa ubicada junto al monumento, mientras que la palabra Falange estaba sobre la propia escultura, una obra realizada en acero al carbono de ocho metros y cerca de 8.000 kilogramos, que representa una gran huella dactilar, de la que es autor Juan José Novella.

El lehendakari Iñigo Urkullu fue uno de los primeros en condenar los hechos. Por medio de varios mensajes en la red social Twitter, Urkullu expresó su consternación por las pintadas realizadas, que considera “un ataque a la democracia y a la libertad”. Asimismo, recordó que este monumento homenajea a los gudaris y milicianos que lucharon contra el bando franquista con el objetivo de “defender los derechos y la libertad de los ciudadanos en el País Vasco”.

Por su parte, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, también manifestó su repulsa al ataque a través de las redes: “40 años después, los fachas siguen estando ahí”, expresó. En términos similares, el líder jeltzale lamentó que a día de hoy “sigue habiendo fascistas españoles” que “no soportan lo vasco” ni el sistema democrático. “Siguen estando ahí. Han pasado cuarenta años desde que se acabó su régimen, pero sigue habiendo fascistas españoles. No soportan ni lo vasco ni la democracia. Por eso hacen cosas como la de pintar la escultura de homenaje a los gudaris”, argumentó.

Además, Ortuzar quiso trasladar su recuerdo a “todos los gudaris, vascos y demócratas” y también al autor de la obra atacada. Según denunció, “otra característica de los fachas es que tampoco soportan el arte y la cultura”. En la misma línea, la presidenta del PNV de Bizkaia, Itxaso Atutxa, criticó “la intolerancia, el totalitarismo y la intransigencia” de los atacantes de un símbolo en el cual se reúnen “personas de diferentes ideologías” en defensa de la libertad. “No nos callaron las armas, no nos callarán ahora ni la pintura, ni las amenazas de estos fascistas”, señaló Atutxa.

repulsa municipal El alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, también condenó la acción contra el monumento y afirmó que “sobran los fascistas que no respetan ni símbolos como La Huella”. El regidor de la capital vizcaína, en declaraciones a los medios de comunicación, insistió en que “sobran este tipo de actitudes” y se dirigió “a los fascistas” afirmando: “No pudieron en el 36 y aquí sigue habiendo un pueblo de pie”. También se pronunció sobre las pintadas el primer teniente de alcalde, el socialista Alfonso Gil, que en Twitter lamentó que un “símbolo de recuerdo” haya sido “atacado por intolerantes”.

No fueron los únicos representantes del Consistorio bilbaíno en condenar el ataque. El grupo municipal de Udalberri, integrado por Podemos, Ezker Anitza-IU y Equo, calificó de “intolerable” la acción y la enmarcó en una campaña de “provocaciones de elementos ultras” en la ciudad en el inicio de las fiestas de Bilbao el pasado sábado. La coalición aseguró que no va a permitir que “los fascistas vengan a nuestra ciudad a provocar altercados y ataquen un símbolo de la memoria y la defensa de la libertad y la democracia como es La Huella-Aterpe 1936 de Artxanda”.

En palabras de la concejal Amaia Arenal, “igual que hicieron aquellas y aquellos que defendieron nuestra ciudad y a quienes se homenajea mediante ese monumento, ante el fascismo, ni un paso atrás”. Por último el PCE, formación integrada en Ezker Anitza, también mostró su repulsa por los hechos y por la “impunidad” de los atacantes. Según su responsable político, Fernando Atxa, “Artxanda es símbolo de la unidad popular frente al fascismo, es el escenario donde gudaris y milicianos defendieron Bilbao de los ataques del bando sublevado”.

El ataque al monumento de Artxanda no fue el único acto que llevaron a cabo los grupúsculos de extrema derecha en el inicio de la Aste Nagusia. Coincidiendo con el txupinazo el sábado por la tarde, varias personas sin identificar desplegaron una bandera rojigualda sobre la fachada del ascensor de Begoña y realizaron pintadas contra la inmigración.