Barcelona - Los ataques contra el turismo protagonizados por las juventudes de la CUP en los últimos días han enrarecido todavía más el panorama político en Catalunya a pocas semanas del referéndum previsto para el 1 de octubre. Actos como el ataque a un bus turístico o los pinchazos a las bicicletas de alquiler en Barcelona ponen en una situación comprometida a la Generalitat, ya que son los anticapitalistas los que sostienen con su apoyo parlamentario al ejecutivo de Carles Puigdemont. Por ello, el PDeCAT lamentó ayer que este tipo de acciones dan argumentos a quienes “caricaturizan” el procés. El Partido Popular, por su parte, cree que son consecuencia de la deriva “radical” de los soberanistas catalanes.
En la formación de Carles Puigdemont observan con preocupación la campaña antiturismo de Arran -organización juvenil de la CUP-, ya que consideran que puede empañar la imagen del proceso soberanista en fechas clave. Así lo expresó ayer el diputado Jordi Xuclà, que criticó que los ataques dan pie a los que cuestionan la convivencia en Catalunya. El dirigente del PDeCAT censuró los “actos vandálicos” y los tachó de “turismofobia” que considera que hay que llevar a los tribunales. Además, alertó a los anticapitalistas de las consecuencias de este tipo de acciones ante la proximidad del 1-O. “En este momento, alguien puede aprovechar esta realidad tan marginal para hacer caricatura y relatos exagerados y forzados sobre una sociedad catalana que siempre ha sido muy mayoritariamente pacífica”.
Así, Xuclà teme que la eclosión de este movimiento contra el modelo turístico eclipse el debate soberanista. “Invito a la CUP a que entiendan que son responsables de sus actos y que lo que menos conviene a Catalunya es que, en un momento excepcional, algo local se convierta en un pretexto para que tengan argumentos quienes quieren hacer una caricatura o un relato hinchado sobre la convivencia y el buen tono que preside la vida política y la sociedad catalana”, reiteró.
En el seno del PDeCAT están incómodos con la dependencia de la CUP en el Parlament y para sacar adelante el proceso soberanista, más si cabe tras esta campaña de ataques. Sin embargo, consideran que se trata de una “legislatura excepcional” en la que no les queda más remedio que contar con los anticapitalistas como socios prioritarios, ya que el objetivo -el referéndum- “merece la pena”. Además, creen que estos episodios de “turismofobia” son residuales y que el auténtico debate debería ser “consolidar un modelo turístico de éxito”.
“Criminalizados” Los dirigentes de la CUP, por su parte, no han descalificado estos ataques ni han pedido que dejen de producirse, sino que han salido en defensa de sus militantes juveniles, ya que consideran que están siendo “criminalizados” mediáticamente. Además, la corriente interna Endavant, de la que forma parte la portavoz en el Parlament, Anna Gabriel, se ha responsabilizado en los últimos días de algunos episodios de ataques y sabotajes a establecimientos relacionados con el turismo en Barcelona, como locales de consigna de maletas y negocios de alquiler de bicicletas a turistas del distrito de Ciutat Vella.
Este sector de los anticapitalistas incluso colgó en las redes sociales un vídeo donde se puede ver cómo uno de sus militantes raja las ruedas de las bicicletas de alquiler con un objeto punzante y coloca silicona en las cerraduras de varios locales en Catalunya. En las imágenes se observan además numerosas pintadas que incitan a los turistas a marcharse de Barcelona y pegatinas con la consigna El turismo mata a los barrios.
En este escenario, el PP no duda en vincular los ataques “radicales” de los grupos vinculados a la CUP con la deriva del proceso soberanista, y acusa al Govern de tener como muleta a los que perpetran actos violentos, ya que fueron los diez parlamentarios anticapitalistas los que finalmente hicieron presidente a Carles Puigdemont y más tarde apoyaron sus Presupuestos.
El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, tachó ayer de “niñatos descerebrados y malcriados” a quienes en las últimas semanas están protestando contra el turismo en Catalunya y criticó a los partidos políticos que “no condenan sus actos vandálicos”. En un acto del partido en Alicante, el dirigente popular advirtió de que “se comienza tirando confeti como en Baleares y se acaba quemando autobuses como la kale borroka, como pasó en su momento en el País Vasco”.
Ante esto, Martínez-Maíllo abogó por tomar cartas en el asunto “con la importancia que tiene” y pasar por lo alto la cuestión como a su juicio hizo la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que se limitó a “lanzar un tuit”. “Hay que condenarlo de manera clara y rotunda, y poner medidas para evitarlo y que esos niñatos no vuelvan a tener esa tentación permanente de atacar una de nuestras principales industrias”, argumentó el portavoz, que critica que “hay que ser insensato para tratar de destrozar” uno de los motores económicos del Estado.
Finalmente, el coordinador general del PP cargó contra el proceso soberanista, del que dijo que “está plagado no solo de ilegalidades, sino de permanente provocación”, y aseguró que el Gobierno español actuará “desde la más absoluta firmeza” contra la consulta anunciada para octubre. “No va a haber un referéndum ilegal que rompa España”, defendió.