madrid - El fiscal general del Estado, José Manuel Maza, hizo ayer grandes esfuerzos en negar que España sea un país corrupto. Al mismo tiempo, defendió que actualmente hay mucha menos corrupción que en el pasado, y aseguró que esta lacra se combate con firmeza por parte de todos los estamentos del Estado. En una entrevista en Efe, Maza achacó la “sensación de corrupción muy importante” que tienen los españoles a que se destapan o juzgan casos de “hace cuatro años, ocho años o doce años”. Por este motivo, aseguró que “hoy en España hay mucha menos corrupción de la que había hace unos años”.
El máximo responsable del Ministerio Público rechazó asimismo que se diga que España es “un país corrupto, ni muchísimo menos”, pues esa corrupción que se detecta en determinados ámbitos de poder no está extendida a toda la administración y la sociedad no se resigna a la misma, sino que “se manifiesta enérgicamente contra ella”. Alabó en este sentido el trabajo de las fuerzas de seguridad, de los jueces y fiscales, y citó como ejemplos del buen funcionamiento del sistema que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, declarará el próximo miércoles como testigo en el juicio por la trama Gürtel o que la infanta Cristina se sentara en el banquillo de los acusados en el caso Nóos.
“¿Me puede decir un solo caso en el que se haya tapado o no se haya querido perseguir la corrupción?”, preguntó el fiscal general antes de recordar que hay cientos de personas acusadas y condenadas por ese tipo de delitos. Defendió a su vez el trabajo de las unidades de Guardia Civil y Policía que persiguen la corrupción, la UCO y la UDEF, aunque admitió “casos aislados” en los que “por exceso de celo” han podido generar “ineficacias” al trata de calificar jurídicamente los hechos, algo que compete a jueces y fiscales. Por último, Maza reconoció la “tristeza” que le provocó el cese del exjefe de Anticorrupción, Manuel Moix, a su juicio tratado “muy injustamente por la sociedad en general”. - Efe