MADRID - En la carrera de obstáculos hacia la aprobación de los Presupuestos del próximo año, Mariano Rajoy consiguió saltar ayer la primera valla, aunque lo hizo por la mínima y a pocos milímetros de hacer tambalear el travesaño. El presidente español consiguió aprobar el techo de gasto sumando exactamente los 175 apoyos necesarios (PP, UPN, Foro Asturias, Ciudadanos, PNV y Coalición Canaria) y la abstención del único representante de Nueva Canarias, unos respaldos que le permitieron superar los vetos del PSOE, Unidos Podemos, los nacionalistas catalanes y EH Bildu. El Congreso de los Diputados aprobó así el techo de gasto, que fija un marco general con los fondos disponibles para redactar el proyecto presupuestario del próximo año, y también el límite de déficit y deuda para las administraciones públicas. Tras esta negociación más técnica, Rajoy tendrá vía libre para redactar los Presupuestos, que tienen que registrarse en el Congreso antes del 30 de septiembre y en cuya aprobación se librará la verdadera batalla política.

El ministro Montoro pudo aprobar su techo de gasto tras arrancar in extremis el voto a favor de los cinco escaños jeltzales. El PNV confirmó su apoyo tras conseguir una serie de garantías sobre la interpretación del proyecto a la luz de la singularidad foral vasca del Concierto Económico y el Convenio navarro. Los jeltzales restaron alcance a la negociación, recordando que es puramente técnica y contable, y que no prejuzga en absoluto su voto sobre las Cuentas. En su decisión favorable también ha contado el respeto a la bilateralidad que han detectado por parte del Gobierno español. Creen que se está consolidando la relación de igual a igual en materia fiscal tras el acuerdo sobre el Cupo. En este clima de colaboración, el PNV tampoco prevé que surja ninguna contingencia a la hora de trasladar a Euskadi la relajación en el límite de déficit que se va a aplicar a las comunidades de régimen común. La Comisión Mixta se va a reunir de manera inminente para firmar la Ley Quinquenal del Cupo y ratificar las nuevas metas de déficit, que pasarán del 0,3% al 0,4% el próximo año, y del 0 al 0,1% en 2019.

El PNV ha valorado, asimismo, que el techo de gasto del Estado haya registrado la primera subida en cuatro años, un 1,3% con respecto al año anterior, lo que supondrá que habrá más dinero para implementar políticas. En paralelo, Madrid sigue cumpliendo el acuerdo presupuestario de este año. Hoy mismo se reunirán ambos gobiernos para sellar la encomienda de gestión de la variante sur ferroviaria.

En ese contexto, al PNV le quedaba poco que objetar. También esgrimió criterios de “responsabilidad” y estabilidad política y económica. Por la mañana, el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, llegó a decir que Europa no se tomaría “de buena manera” un veto en la votación, y que un bloqueo podría haber conducido a unas nuevas elecciones generales. Los jeltzales han negociado con una predisposición positiva, sin ocultar que su escenario ideal era aprobar el techo de gasto para que haya un proyecto presupuestario en el que poder influir y poder plantear el traspaso de las competencias pendientes. Ya durante el debate de la tarde, la portavoz económica, Idoia Sagastizabal, confirmó el voto a favor, pero planteó dos objeciones: pidió cambiar la ley para que en el futuro pueda fijarse un déficit diferenciado para las autonomías cumplidoras, y para que el superávit se pueda destinar al crecimiento económico.

divorcio con el psoe La votación sirvió para escenificar el divorcio absoluto entre el Gobierno español y el PSOE. El portavoz socialista en cuestiones presupuestarias, Pedro Saura, no dejó ningún resquicio para el acuerdo en materia económica. En un discurso muy duro que anticipa que el socialismo será también un frontón en la negociación presupuestaria, recriminó a Montoro que, tras la sentencia contra su amnistía fiscal, ha quedado demostrado que “no tiene principios para poder gestionar los recursos públicos, no puede dar lecciones a nadie y no debería haber venido a presentar el techo de gasto”. “Debería haberse ido a su casa”, lanzó. Montoro, por su parte, reprochó al PSOE que haya pasado de aprobar el techo de gasto de 2017 a no negociar el de 2018, y lo atribuyó a la llegada de Pedro Sánchez. “Ha llegado un espíritu de fuera a iluminar al grupo socialista. Están ya a otra cosa. No han hecho nada por superar la crisis, solo quejarse, y para eso ya está la izquierda contumaz”, aseguró. El ministro, pertrechado en todo momento por todo tipo de gráficos y documentos que enarboló desde la tribuna, negó que haya recortes. “Aquí nadie propone recortes. Que quede claro. Estas son las cifras”, defendió.

En cuanto a EH Bildu, el diagnóstico que realizó la bancada de la coalición abertzale no tuvo nada que ver con el del PNV. Marian Beitialarrangoitia rechazó de raíz el techo de gasto porque “no podemos dar por bueno que en Madrid decidan cuánto podemos gastar, ni la apuesta por la austeridad”. A su juicio, los límites impuestos son una muestra descarnada de las políticas “neoliberales”.