gasteiz - Al igual que hace veinte años, la figura de Miguel Ángel Blanco genera tanto consenso en la calle como división crea entre la clase política. Ayer, tras varios días de polémicas en torno a la singularización del rechazo a ETA en la víctima que marcó un antes y un después, Manuela Carmena cedió y optó por recordar al edil ermuarra, como solicitó el Movimiento contra la Intolerancia y como exigió, tras conocer la negativa de la alcaldesa madrileña, un PP que rescató los mensajes más duros del pasado.

Así, los conservadores lograron, como hace veinte años, que su discurso sea el que guíe la actuación de todos en tan sensible materia, so pena de ubicar del lado de los terroristas al que se salga del carril marcado. Carmena cedió, quizá también ante la incredulidad e indignación mostrada por el Movimiento contra la Intolerancia, pero con un voto particular. La pancarta no colgará de la fachada del Ayuntamiento, sino que la portarán los asistentes a la concentración de Cibeles, y el mensaje recogerá las tesis de Ahora Madrid. En el 20 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco, Madrid con todas las víctimas del terrorismo, rezará, siguiendo la estela marcada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que ha convocado concentraciones de cariz similar en diferentes municipios del Estado.

La enconada resistencia finalmente vencida de Ahora Madrid a asumir el guión popular contribuía también a alejar el foco del joven asesinado hace hoy dos décadas para proyectarlo en el símbolo en que se convirtió. La visión más polarizada del Espíritu de Ermua volvía a la actualidad con toda la intensidad del pasado.

Bien clara expresó esta idea sobre la prevalencia del personaje sobre la persona el vicesecretario general de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, para quien Carmena, con su “infame” decisión, equipara a “víctimas con verdugos” porque “el Espíritu de Ermua, su movilización pacífica y ciudadana contra el terror de ETA, se encarna en la figura de Blanco, independientemente del partido en el que militaba”, informa Europa Press.

Los populares se lanzaron a convocar actos paralelos de homenaje, mientras Pablo Iglesias (Podemos) salía a defender a la alcaldesa porque no desea “víctimas de primera y de segunda clase”, el argumento esgrimido por Carmena para rechazar el homenaje. La portavoz del gobierno municipal madrileño, Rita Maestre, añadía que al PP “se le ha ido de las manos” el asunto y que intenta buscar “una polémica donde no la hay” con el fin último de “polarizar”; y Albert Rivera, líder de Ciudadanos, sumaba decibelios al acusar a Podemos de preferir apoyar a los “verdugos” que a las víctimas del terrorismo, informa Efe, pues rechaza colgar la pancarta en Madrid a la vez que pacta con Bildu y “aplaude a Otegi”.

Desde Coalición Canaria Ana Oramas criticaba a Carmena por decir que todas las víctimas son iguales, y en el PSOE lanzaban un discurso similar al de la pancarta de Madrid. “El PSOE no olvidará a las víctimas del terrorismo, ni a Miguel Ángel Blanco ni a ninguna otra persona que haya sufrido la sinrazón de la violencia”, señalaba en un artículo el secretario general del partido, Pedro Sánchez, tras una semana en la que los socialistas habían rechazado singularizar los homenajes en municipios como Madrid, Cádiz, Jerez o San Fernando. De forma paralela, el portavoz de la Ejecutiva del PSOE, Óscar Puente, afirmaba que “primar” la memoria de Miguel Ángel Blanco en el vigésimo aniversario de su muerte no es un “agravio” sobre el conjunto de las víctimas del terrorismo, aunque “respeta” a quien piense que sí lo es.