BARCELONA - El proceso soberanista catalán exhibió ayer músculo municipalista con un acto en el que medio millar de alcaldes, junto a los principales cargos institucionales de la comunidad con el president Carles Puigdemont a la cabeza, expresaron su compromiso con la celebración de la consulta el 1 de octubre. Una iniciativa que se enmarca en la estrategia del Govern de fiar el éxito del procés en una gran movilización ciudadana en defensa del 1-O. Así lo aseguró Puigdemont, que en su discurso acusó al Gobierno español de haber pasado “de la mofa a la amenaza” porque se ha dado cuenta de que este proceso va en serio. “Por eso sois importantes, por eso les molestáis y por eso les dais miedo, y más que les daréis”, trasladó a los centenares de regidores municipales independentistas.
El acto celebrado en el paraninfo de la Universitat de Barcelona, con el título El mundo local por el referéndum, contó con la presencia de la Associació Catalana de Municipis (ACM) y la Associació de Municipis per a la Independència (AMI), entidad que agrupa a 787 de los 948 ayuntamientos de Catalunya y representa al 43% de la población. En su transcurso, los alcaldes firmaron un manifiesto con tres compromisos: su pleno apoyo al Govern y el Parlament para la celebración del referéndum, su disposición a ceder los locales necesarios para ello y la garantía de que no claudicarán ante los mecanismos que pueda articular el Estado contra la consulta.
“Nos piden garantías: vosotros sois la garantía”, clamó Puigdemont, animando a los regidores a decir basta a un Estado que “pretende que los catalanes sean ciudadanos de segunda”. No como los alcaldes presentes, agregó el president, que atienden a todos los ciudadanos por igual, sin tener en cuenta su ideología. Agregó que se acerca el momento en que los catalanes deberán elegir entre “urnas” o “arnas” -polillas en catalán-. “Las polillas que van royendo la democracia o las urnas que refuerzan la democracia y la hacen ganadora”, aseveró.
Por su parte, el vicepresident de la Generalitat Oriol Junqueras señaló que “la clave está en que nosotros hagamos suficiente y entre suficientes para que las amenazas que el Estado nos quiere poner y nos dedica cada día sean insuficientes”. El líder de ERC defendió a su vez que “la legalidad y la legitimidad amparan” a los independentistas frente a una represión del Estado que, advirtió, solo se podrá combatir si los catalanes responden “de forma tan masiva como sea posible”.
Con el acto de ayer, los ediles soberanistas han reeditado el gesto de apoyo que ya trasladaron en 2014 al entonces president Artur Mas tras la convocatoria de la consulta soberanista del 9-N. Tal y como reza el manifiesto suscrito ayer, “el mundo local volverá a estar al lado de sus ciudadanos y de las instituciones del país para materializar la celebración del referéndum anunciado”. Al acto de ayer también acudió la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y miembros del Govern.
Compromiso El acto de ayer en Barcelona de apoyo a la consulta sirvió de antesala a una semana clave en la que el Govern presentará, el martes, la ley que debe regular el referéndum. En el paraninfo de la Universitat de Barcelona también se pronunció el presidente de la ACM, Miquel Buch, que llamó a la unidad y pidió a todos los miembros del Govern y del Parlament presentes que se pusieran en pie para ver cómo “tienen a los alcaldes detrás”. “Ahora estamos detrás vuestro, pero el 1 de octubre estaremos a vuestro lado”, exclamó entre los gritos de “votaremos” de los asistentes.
Por su parte, la presidenta de la AMI, Neus Lloveras, anunció un cuarto compromiso municipal: proponer a las ciudades extranjeras hermanadas con las catalanas que envíen observadores para presenciar el referéndum. Subrayó que los consistorios “no echarán el freno” en la recta final, un sentimiento al que se sumaron el resto de alcaldes presentes. “Se asumirá lo que se tenga que asumir”, dijo el de Bolvir (Girona), Bartomeu Baqué.
“Firmeza, determinación, convicción y hasta el final”, expresó la alcaldesa de Berga (Barcelona), Montserrat Venturós, mientras que el de Ripollet (Barcelona), José María Osuna, que es de Podemos, instó a todos los alcaldes “que quieren el cambio” a sumarse a la defensa del referéndum del 1 de octubre.