Madrid - “El ministro Catalá cumple sus funciones con el apoyo del presidente del Gobierno y del resto del Gobierno. El respaldo es unánime”. Así se expresó ayer el portavoz del Ejecutivo del PP, Iñigo Méndez de Vigo, cuando se le preguntó si tras la renuncia de Manuel Moix como fiscal Anticorrupción, el responsable de Justicia, reprobado por la mayoría del Cámara, sigue contando con el apoyo de Mariano Rajoy. El propio Catalá afirmó que en el Consejo de Ministros “solo he recibido amistad y cordialidad por parte del presidente, la vicepresidenta y de todos los miembros del Gabinete”.

Catalá realizó estas declaraciones después de que el Consejo de Ministros aprobara el cese de Moix como jefe de la Fiscalía Anticorrupción, un cese que una vez que se publique en el BOE abrirá el proceso para su sustitución que, según señalaron fuentes fiscales, se alargará por espacio de un mes, tiempo en la que la fiscal Belén Suárez asume de forma provisional el trabajo de Moix.

La renuncia de Moix dejó en el punto de mira al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, y al ministro Catalá, a quienes los grupos de la oposición les hacen responsables de la marejada que se vive en el estamento fiscal. De hecho, las fuerzas parlamentarias Ciudadanos, Unidos Podemos, PDeCAT y EH Bildu exigieron el cese inmediato de Maza y Catalá, y algunos medios de comunicación señalaban ayer que varios miembros del Ejecutivo no estaban conformes con cómo había gestionado el responsable de Justicia el caso Moix.

Ayer, sin embargo, la consigna dentro del Gobierno Rajoy, incluido el propio Catalá, era clara: cierre de filas en torno al ministro de Justicia e incidir en que la renuncia de Moix fue una “decisión personal” porque el Ejecutivo no interviene en las decisiones del poder judicial. Así lo aseguró el portavoz Méndez de Vigo: “Fue una decisión personal que revela el funcionamiento correcto del Estado de Derecho, la separación de poderes y la independencia de la Justicia en España”, palabras que fueron corroboradas por Rafael Catalá: “Es una decisión personal. Algunos están empeñados en decir que el Gobierno interfiere en la acción de la Fiscalía pero eso es radicalmente falso, es un tanto incierto”. Un canto a la independencia judicial que se produce después de que un día antes de la renuncia de Moix, el propio Rajoy asegurara que el fiscal Anticorrupción contaba con toda su confianza. Algo que, a juicio del portavoz del Ejecutivo, es normal porque “el Gobierno siempre tiene que mostrar su confianza en las instituciones”.

Proteger a su familia En este contexto, Manuel Moix rompió ayer su silencio 24 horas después de su “renuncia irrevocable” a la jefatura de la Fiscalía Anticorrupción. En una entrevista en la Cope, afirmó que renunció al cargo para “proteger” a su familia así como al Ministerio Fiscal. “Es una cuestión de proteger a mi familia, que no tiene que estar sometida a la presión por parte de los medios de comunicación, y también de proteger a la institución, porque creo que no es bueno que el Ministerio Fiscal esté en boca del todo el mundo respeto a cuestiones que exceden el ejercicio de las funciones del fiscal”, manifestó.

Manuel Moix insistió, además, en que la sociedad radicada en Panamá que heredó de su padre “no supone ilegalidad ni irregularidad” y que no existe “incompatibilidad” con el ejercicio fiscal ya que es “una cuestión privada”. A su juicio, esto lo sabe “cualquier persona con sentido común y que tenga un mínimo conocimiento”.