Pamplona - ¿Cual es la salud del cuatripartito, estamos hablando de un pequeño resfriado o agoniza?

-Ninguna de las dos cosas. Yo creo que el cuatripartito es un foro vivo donde hay debates constantes. Discrepancias como la de esta semana y bastantes mayores hemos tenido. Yo diferenciaría claramente entre lo que puede ser la salud del cuatripartito que en momentos concretos se puede resfriar e incluso dar unas décimas de fiebre, y lo que tiene una salud de hierro que es el cambio.

¿Quién le iba a decir a EH Bildu que le terminarían acusando de poco transgresores con el cambio y de déficit de debate público, vamos que le ataquen por la izquierda...?

-Son intentos enternecedores de situarse a la izquierda de EH Bildu. Euskalherria Bildu tiene una trayectoria, tiene un poso en la sociedad, un asiento importante en los colectivos, en los barrios, en la gente de la calle, y eso es inamovible.

¿Le parece desleal la forma de expresar estas críticas? ¿Se siente defraudado?

-Si tuviese que contestar con una sola palabra diría que sí. En cualquier caso no creo que no se haya llegado a ninguna situación que no se pueda recomponer. Eso sí, yo creo que cualquier trabajo en equipo pasa por tres principios básicos: búsqueda de consensos, y en su defecto, de mayorías. En segundo lugar, la lealtad, es decir, las disensiones se solucionan dentro. Y, en tercer lugar, la seriedad. Los proyectos que salen adelante son aquellos que se trabajan de manera seria y con la aquiescencia de los técnicos.

¿Es verdad que hay un bipartito EH Bildu-Geroa Bai?

-No es verdad porque la composición de este equipo de gobierno es 5 (EH-Bildu), 5 (Geroa Bai), 3 (Aranzadi) y 1 (IE). Esto significa afortunadamente que no hay ningún grupo que por sí mismo pueda sacar mayoría, siempre hace falta llegar a consensos.

¿Lo ve como un ataque a los nacionalistas?

-Seguramente quisieran en este momento que dicen que hay crisis de confianza escenificar ese binomio pero eso no es real. No se nos escapa cuál es la raíz ideológica de los cuatro grupos que es muy diversa. Y Asirón es el alcalde de todos.

Habrá quien diga también que si las relaciones no son buenas es mejor romper...

- No, en modo alguno. En el cambio somos necesarios todos y todas. Este alcalde en primera persona mantiene la ilusión del primer día por el cambio, que el compromiso es total. Todavía falta más de la mitad de la legislatura y me voy a dejar la piel por defender el cambio en Iruñea. A mí no se me olvida lo que nos decía la gente aquel 13 de junio en la plaza consistorial.

¿Cómo puede desequilibrar el Ayuntamiento una virtual salida de Aranzadi e IE del gobierno municipal (4 de 14 en un ayuntamiento de 27)? No les salen las cuentas ni con el PSN, sin UPN claro...

-No creo que se vaya a dar ni que se pueda dar. El gobierno del cambio es a cuatro y todos somos importantes y necesarios. Yo creo que ellos van a seguir y considero que son necesarios. Y gracias a todos soy, hoy en día, alcalde de toda la ciudad. ¿Otro gobierno sería posible? A día de hoy no es posible pensar en alguna otra variante sin que se nos caiga el cambio y sin defraudar a la mayoría social de Pamplona que el 13 de junio nos aupó.

¿Se adoptarán medidas en caso de que se produzca una nueva “deslealtad”?

- Lo de esta semana no puede ser inocuo, en un sentido y en otro. Desde Aranzadi e IE se pedían medidas, y nosotros también estamos de acuerdo en que hay que tomar medidas. Yo estoy abierto a la autocrítica. Son medidas que se tomarán de manera sosegada, de manera muy meditada, en la medida de lo posible de manera consensuada, y en frío. Y siempre pensando en el bien de Iruñea y en reforzar y dar nuevo impulso al cambio.

¿Habrá cambios en el gobierno municipal?

-No los descarto. Hemos abierto un periodo de reflexión y ahora mismo todas las posibilidades están abiertas.

¿Se refiere a un posible cambio de concejales?

-Todas las posibilidades están abiertas.

¿Ha habido un acercamiento hacia Geroa Bai? ¿Se descarta su entrada en el gobierno?

- Yo siempre hablo de cuatripartito. Todos aportan, con culturas políticas diferentes. En Geroa Bai se optó por entrar en gobierno y asumir responsabilidades pero no concejalías delegadas; es una decisión que se respetó. E insisto, todas las posibilidades están abiertas.

Los críticos piden mayor control del acuerdo programático ¿Está funcionando mejor el cuatripartito foral que el tripartito municipal?

-En modo alguno. Este cuatripartito ha funcionado y funciona muy bien, se reúne, y ha sacado en la mitad de la legislatura proyectos importantísimos. El cumplimiento de los acuerdos va viento en popa.

Edurne Eguino (IE) pidió mayor liderazgo al alcalde, “sin fronteras políticas de grupos”.

-Lo que no se puede hacer es acusar por una parte autoritarismo de una parte y, por otra, de falta de liderazgo. El alcalde tiene su estilo de hacer las cosas, nada presidencialista por cierto. Suelo empezar a intervenir bastante tarde en las reuniones porque me gusta escuchar y tener toda la información. No creo que sea falta de liderazgo porque, entre otras razones, no me lo puedo permitir; tengo una responsabilidad enorme para dar salida a las aspiraciones de cambio de mucha gente. Yo me voy a dejar la piel y espero que los demás hagan lo mismo.

¿Cree que el pacto marcha a buen rítmo o va despacio?

-Van al ritmo que tienen que ir. ¿Nos podemos permitir el lujo de actuar con precipitación, por ejemplo, a la hora de decidir la movilidad en la ciudad? Yo creo que se han hecho muchos proyectos de envergadura. El cambio es imparable y va a avanzar por encima de las personas y por encima de quien, desde dentro o desde fuera, quiera poner palos en las ruedas.