El candidato a convertirse en secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, deja entreabierta la posibilidad de que los 84 votos socialistas en el Congreso de los Diputados se puedan sumar a la moción de censura al presidente Rajoy que Podemos viene cocinando. No obstante, el aspirante al bastón de mando de Ferraz y único de los tres contendientes que no descarta de plano activar ese instrumento para desalojar al PP de La Moncloa, fue fiel ayer a su estilo. Sánchez calificó la labor de los populares al frente del Gobierno español de “censurable”, si bien no dio pistas sobre el futuro y estableció dos premisas. Primero deberá salir victorioso de las primarias del próximo 21 de mayo. Después habrá que debatirlo en el congreso del partido de junio.
A Sánchez no le gustaron las formas con las que Podemos presentó su propuesta para derrocar a Rajoy. La formación morada añade además mayor presión a la olla exprés en la que se ha convertido el PSOE por su proceso de primarias, si bien el candidato optó por enfriar posiciones. “Las cosas no se hacen como las hace Pablo Iglesias a no ser que se aspire a que no prospere la moción, sino que se evidencia que la izquierda camina dividida de nuevo. Si se plantea una moción de censura hay que reivindicar que es de carácter constructivo y ganarla con el diálogo y la negociación, no a golpe de ruedas de prensa”, apuntó en un acto en Madrid que concentró a sus partidarios con los periodistas en una misma sala. Sus dos rivales, Susana Díaz y Patxi López, descartan sumarse a esa vía abierta por Iglesias.
En un acto de su campaña en el que admitió preguntas de los medios por vez primera, el ex secretario general del PSOE volvió a defenderse por el “no es no” a la investidura de Rajoy que motivó la rebelión de los barones socialistas y su consiguiente salida de Ferraz. “No va a volver a haber una abstención al PP, defendemos un PSOE que no regala gobiernos al PP. Cómo se enfoque el trabajo de la nueva dirección, veremos”, enfatizó. Tanto es así que emplazó de soslayo a los militantes a ver qué escenario se abre a partir del 21 de mayo para después dilucidar si prestarán colaboración a Podemos para quitar del poder a los populares. Lo que Sánchez sí quiso dejar claro es que no ha existido un viraje a la izquierda en su hoja de ruta, ni cambios en su percepción de la plurinacionalidad que debe guiar el modelo territorial de España. “No estamos proponiendo un giro a la izquierda sino que el PSOE vuelva a ser un partido de izquierdas”, citó.
Diferente es la percepción en el seno de la candidatura de Díaz. La presidenta andaluza no entró al trapo de las últimas declaraciones de Sánchez. Esa labor la delegó en el PSOE-A. Su secretario de Organización, Juan Cornejo, afirmó constatar “muchos vaivenes y cambios” en las posiciones de su principal contrincante. “Él sabrá por qué lo hace y será él quien tendrá que dar las explicaciones de esos cambio”, ahondó. Aunque reclamó que la crispación no reine en el debate interno de los socialistas como lo viene haciendo durante estos últimas días, Cornejo mostró su contrariedad por algunas de las críticas que el entorno de Sánchez vierte sobre Díaz y el presidente de la Gestora del socialista, Javier Fernández.
“Cambios de posición” Acercándose a los periodistas como Sánchez, aunque en formato briefing, Díaz mantuvo ayer que su candidatura transita por el “camino correcto” a medida que “hay más patadas en los tobillos de la derecha y de algunos dirigentes de Podemos”. Sobre los cambios introducidos por Sánchez en su programa, la baronesa andaluza se limitó a contraponer la firmeza en sus ideas -apela a no cambiar ni una coma de la Declaración de Granada- en lo referente al modelo territorial. “Ellos han presentado distintos proyectos y han cambiado de posición y es algo que tendrán que explicar ellos. Yo siempre defiendo lo mismo haya proceso electoral o no y tengo una idea clara de lo que creo que tiene que ser la cohesión social y territorial y el modelo de país”, apuntó.