vitoria - La consejera tiene buen pálpito, pero es prudente. Por ahora, ve que Zoido comparte su preocupación por que haya un número suficiente de ertzainas, algo irrenunciable para el PNV en la negociación presupuestaria estatal, aunque la consejera habla en términos de relación institucional y lo desvincula de esas conversaciones. Desde una perspectiva humana, están en vilo cerca de 250 agentes que patrullan en prácticas en la 25ª convocatoria, y los 3.000 aspirantes de la número 26, que aún esperan que se ponga fecha al examen.
¿El deshielo con Madrid ha llegado a su departamento?
-Efectivamente, hemos tenido esta semana la primera reunión con el ministro. Abordamos la participación de la Ertzaintza de una forma sistemática en el Citco, el centro contra el terrorismo y el crimen organizado; y hablamos de los procesos de acceso a la Ertzaintza, los recursos que ha interpuesto el Gobierno de España sobre ellos, y la necesidad de levantar ese escollo para la renovación generacional que precisa la Ertzaintza y para mantener los 8.000 efectivos acordados en la Junta de Seguridad. Encontré una actitud muy receptiva por parte del Ministerio, y del ministro en especial, que compartía la preocupación por el déficit que se puede producir en el número de efectivos, y también el compromiso por parte del ministro de llevar este tema y tratar de desbloquearlo en el Consejo de Ministros, porque quien interpone los recursos es el Ministerio de Hacienda. Ese compromiso existe, y el compromiso de celebrar una Junta de Seguridad antes del verano.
¿A qué se debe este cambio: a que Rajoy necesita apoyo para los Presupuestos, o también hay un cambio de perfiles con la sustitución de Fernández Díaz como ministro?
-La reunión nada tiene que ver con la negociación de Presupuestos, y los Presupuestos no estuvieron sobre la mesa. Entiendo que quizás haya una mayor sensibilidad. Hemos encontrado un talante más abierto, más negociador y más cercano, y espero que este sea el talante en el que se desenvuelva toda la legislatura.
¿Hay un veto por parte de Montoro en el Ministerio de Hacienda?
-El ministro del Interior comparte la preocupación de que necesitamos el número de efectivos que está acordado para prestar un servicio de seguridad adecuado a las competencias que tenemos. Son 8.000 los agentes de la Ertzaintza que se acordaron en la Junta de Seguridad en 2004, y sobre eso no hay ningún cuestionamiento. Estamos viviendo un proceso de jubilaciones masivas, lo cual requiere sacar nuevas promociones. El Ministerio de Hacienda es quien interpone los recursos contra estas nuevas promociones desde la 24 hasta la 26, basándose en el cumplimiento de la tasa de reposición que tiene establecida. En el Gobierno Vasco entendemos que esa tasa no es aplicable a la Ertzain-tza porque el número de efectivos se decide en la Junta de Seguridad. Por otra parte, se aduce una razón económica. En el caso de la Ertzaintza, está financiada vía Cupo y no hay razón económica. Además, en el Gobierno Vasco hemos cumplido con todas las reglas de gasto.
Para las próximas convocatorias, ¿lo que pide directamente el Gobierno Vasco es que no se establezcan tasas de reposición?
-Efectivamente. Que el único límite sea el establecido por la Junta de Seguridad. Al año habría que convocar 250 o 300 plazas para mantener el número de 8.000. Planteamos al ministro la necesidad de sacar una promoción al año con 250 o 300 plazas.
¿También lo ve receptivo en esta reivindicación?
-Sí, es una cuestión que planteamos, que se garantice que no habrá vetos para las convocatorias sucesivas que necesitamos hacer anualmente.
Por lo que he entendido, si fuera por la reunión con Zoido, ya estaría prácticamente hecho, pero falta el aval de Hacienda...
-La decisión última es de Hacienda, pero tenemos el compromiso del ministro del Interior de trabajar este tema con el Ministerio de Hacienda para salir de este encallamiento.
Sin un acuerdo en este campo, ¿no sería posible una relación estable?
-Para nosotros es una cuestión urgente y prioritaria.
¿Ha habido una estrategia para laminar a la Ertzaintza, por un lado poniendo dificultades a las OPE y, por otro, pidiendo más efectivos de las fuerzas de seguridad estatales en suelo vasco?
-Quiero pensar que no es así, porque no sería una actitud respetuosa con lo que establece el Estatuto de Autonomía, ni con las necesidades de seguridad de la sociedad vasca. No olvidemos que las competencias en materia de seguridad y protección ciudadana las tiene la Ertzaintza.
¿Habló con Zoido del repliegue de las fuerzas de seguridad estatales?
-No era un tema que llevábamos a la reunión, pero es una cuestión que está ahí. Más allá del repliegue, hablamos de las competencias que tiene que ejercer cada uno. En base a las competencias, tendrán que determinar cuál es el número más adecuado.
¿El Departamento de Seguridad ha hecho alguna estimación?
-No nos corresponde a nosotros.
Cuando se produzca el desarme, teniendo en cuenta que una de las competencias de la Guardia Civil es el control de explosivos, ¿estaría más justificado ese repliegue?
-Es una cuestión que hay que valorar con el Ministerio. En cualquier caso, le corresponde al Ministerio tomar esa decisión.
¿Hay margen para tratarlo o es una cuestión de Estado irrenunciable?
-Es una cuestión de desarrollo de competencias. Sigo reivindicando la Ertzaintza como Policía integral, debe desarrollar todas las competencias que tiene, y en base a ello tenemos que tener los efectivos necesarios.
Tal y como está definido el desarme del 8 de abril, ¿la Ertzaintza tiene alguna parcela de actuación?
-Me gustaría mantener la discreción necesaria. Nuestro deseo es que sea completo, verificable, incondicional y que se proceda dentro del cumplimiento de la legalidad, que las armas sean puestas a disposición de la justicia francesa y puedan ser verificadas porque hay todavía atentados que están sin resolver.
Para asegurarse el Gobierno Vasco de que las armas no se han manipulado, ¿va a haber una intervención de verificación por parte de la Ertzaintza?
-Toca a la justicia francesa hacer ese trabajo. En la medida en que se precise la colaboración de la Ertzaintza para realizar esas verificaciones o aportar la información que esté disponible, lógicamente se colaborará.
¿Le incomoda que el desarme esté teniendo tanta exposición mediática, por ejemplo con la rueda de prensa del jueves?
-Es un error no trabajar desde la más absoluta discreción. Hace falta para que llegue a buen puerto el desarme.
¿En Madrid hay un cambio de discurso, más posibilismo?
-Permítame que la discreción me la aplique a mí misma.
¿Tuvo un lapsus el secretario de Estado de Seguridad cuando dijo que era posible transferir la competencia de Prisiones a suelo vasco o hay algo?
-No es de mi negociado, así que no me voy a pronunciar. Yo no lo he abordado con el ministro. No tengo elementos para poder opinar.
Otegi ha dicho que ATA es una escisión de la izquierda abertzale contraria al cese de la violencia. ¿Se corresponde con la información que tiene su departamento?
-Estamos viendo manifestaciones públicas por miembros de ATA haciendo un alarde del uso de la violencia. En este sentido, creo que es absolutamente condenable en estos momentos, en los que estamos hablando de desarme y trabajando por normalizar la convivencia y en los que la sociedad vasca está trabajando por superar años de violencia injustificada y dolor. Cualquier manifestación que se base en la defensa de la violencia como forma de defensa de un ideario es absolutamente reprobable y condenable. Por primera vez estamos viendo pronunciamientos de todo el Parlamento Vasco en contra de las actitudes violentas, y nos tenemos que quedar con esa parte positiva. La sociedad vasca ha dicho no a la violencia, y tiene que trabajar para aislar a esos elementos violentos.
¿Le preocupa ATA?
-Cualquier cuestión que pueda perturbar la seguridad de los ciudadanos vascos nos ocupa todos los días.
¿Qué está pasando en la universidad con ese rebrote de la violencia?
-Es inconcebible, y además una contradicción, que en el ámbito universitario, que por principio es un ámbito de debate y discusión abierta, se intente imponer por la vía de la violencia lo que no se es capaz de acordar por la vía del diálogo. Es un fracaso en sí mismo. Toda la comunidad universitaria está adoptando una posición de rechazo. Las personas que utilizan la violencia para imponer sus reivindicaciones deben ser aisladas y se les debe hacer saber que no se va a tolerar esa forma de expresión.
¿Son rebrotes esporádicos o son grupúsculos ya establecidos? ¿Hay escisiones en los movimientos estudiantiles?
-Entiendo que hay un cierto nivel de organización. Por generación espontánea, este tipo de actos, además en días sucesivos, no se producen. La palabra apropiada no son escisiones. Son grupos que actúan en la universidad y no tienen mayor valor que el grupo en sí mismo. Hay una mínima organización detrás, pero no me atrevo a hablar de escisiones. Son grupos que creen que por la vía de la violencia pueden imponerse. Están deslegitimando la defensa de sus reivindicaciones.
Por lo que dice, son minoritarios...
-Estamos viendo que son minoritarios y espero que cada vez lo sean más porque se encuentren más aislados.
En ese aislamiento, ¿se refiere a un pronunciamiento de la izquierda abertzale?
-Me refiero a que la sociedad en su conjunto los aísle y, desde luego, los aíslen aquellos que puedan compartir parte de sus reivindicaciones.
¿La izquierda abertzale ha estado a la altura estos días?
-Me gustaría que fuera muchísimo más contundente a la hora de rechazar estos actos y no utilizara expresiones como “no se corresponde con la estrategia”, porque la violencia nunca puede ser una estrategia.
¿Le preocupa la posibilidad de que no haya juicio en el ‘caso Cabacas’ y se cierre en falso?
-Espero que haya un relato de hechos, y que definitivamente la juez llegue a ese relato de hechos y se llegue a aclarar qué ocurrió y cómo ocurrió. Espero que ese final llegue cuanto antes.
¿Da credibilidad al informe encargado por el propio Gobierno Vasco en el que se detallan las 310 denuncias contra la Ertzaintza?
-Ese informe, en el que está colaborando la Ertzaintza, lo que ha recogido son manifestaciones de personas que relatan haber sido torturadas. Ese informe está sin concluir. Hay que esperar a ver qué se concluye en cada uno de los casos. Pero, insisto, la Er-tzaintza está colaborando con ese informe, lo cual es un valor ya en sí mismo. Quiero poner de manifiesto que no hay ninguna condena por torturas en la Ertzaintza, ha sido una Policía referente en cuanto a la implantación de protocolos garantistas para con las personas detenidas, y ninguna organización internacional relacionada con Derechos Humanos que ha hecho visitas e inspeccionado la labor de la Ertzaintza ha referido ninguna tacha en ese aspecto.
En cuanto al yihadismo, ¿verdaderamente hay que bajar el nivel de alerta en Euskadi? Ha habido varias detenciones...
-El nivel de alerta que plantea la Er-tzaintza se basa en las informaciones de la Oficina Central de Inteligencia. Estas valoraciones se hacen semanalmente. Euskadi asume, porque así está establecido, el nivel que fija el Estado para todo el ámbito geográfico. Estamos en un nivel 4, y aunque en algunas ocasiones la Ertzaintza ha aconsejado un nivel 4, de forma generalizada está proponiendo nivel 3 para Euskadi y no tengo por qué cuestionarlo porque se fija en función de informaciones propias y del Citco.
¿En base a qué se fija el nivel 3?
-Son varios parámetros. Lo que hemos planteando al Ministerio es que se sectorialicen los niveles de riesgo, porque seguramente el nivel de Madrid o Barcelona no será el mismo que en Burgos o Cáceres. Además, cuando se prolonga tanto el nivel 4, existe el riesgo de relajar las medidas.
Algunos sindicatos dicen que la Er-tzaintza no está preparada en protocolos ni armamento.
-Permítame que me base en el trabajo que realizan cada día los responsables de la Ertzaintza. Está integrada por muy buenos profesionales que conocen su trabajo y mantienen muchas relaciones externas para hacer las planificaciones.
¿Qué hay que hacer cuando se afronta una amenaza tan imprevisible, como esta semana en Londres, con una persona que ataca de manera inesperada con un coche? ¿Qué se puede hacer para evitarlo?
-La línea fundamental es la prevención. Para ello es imprescindible la coordinación con el resto de policías y participar de las estrategias de seguridad internacionales. No existe el 100% de seguridad. Siempre hay un grado de imprevisibilidad. Pero tenemos que trabajar para que sea el mínimo. En eso trabaja la Ertzaintza.
¿Cuándo entrará la Ertzaintza en el Citco para intercambiar información?
-Está participando pero queremos que su participación sea sistemática y plena. En base a las conversaciones con el ministro, creo que en la próxima Junta de Seguridad podremos tener resuelta esta situación.
Tras una legislatura en la que se ha adaptado la labor de la Ertzaintza al cese definitivo de ETA, ¿cuál es el siguiente salto que le corresponde dar?
-Vemos una amenaza in crescendo, la comisión de delitos a través de internet, y a la Ertzaintza se le requiere que se vaya adaptando. No tiene que esperar a que la ciudadanía venga a plantear una demanda, sino que tiene que ser una organización proactiva que se acerque a la ciudadanía. Hoy la Er-tzaintza acude a los centros escolares para informar de los riesgos que afectan a la población escolar. También trabajamos en la investigación, en el desarrollo de la Oficina Central de Inteligencia para la labor preventiva.
¿Aún hay reductos de rechazo a la Ertzaintza?
-Ellos y ellas me trasladan que se vive una situación mucho más normalizada. Acuden a los centros escolares y, lejos de recibir un rechazo, trasladan que están ahí para ayudar. No voy a ocultar que probablemente hay personas que sientan cierto rechazo. Son personas que viven en un error.