bilbao - La justicia europea ha tumbado las primeras demandas de acercamiento de los presos a cárceles vascas, pero la izquierda aber-tzale no cree que esa decisión sea necesariamente extrapolable a los 260 recursos que ultiman los internos en prisiones del Estado español. La izquierda abertzale se sobrepuso ayer al mal trago, y puntualizó que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha tumbado tres casos referidos a presos de ETA que cumplían condena en el Estado francés. A su juicio, ese matiz abre la vía a que el tribunal pueda tomar otra decisión cuando analice los casos del Estado español, porque ahí aparecen singularidades que no estaban presentes en Francia. La abogada y parlamentaria de EH Bildu, Jone Goirizelaia, explicó a ETB-1 que “en el reglamento y la ley orgánica de la legislación española hay algunos artículos en los que se dice cómo se deben cumplir las penas de prisión y en qué condiciones”.

El principal enganche que le queda a la izquierda abertzale es que Europa perciba que España impone el alejamiento como una decisión política del gobierno de turno y como un castigo adicional para los presos y sus familias, en contra de lo que estipula la propia legislación española. Por ejemplo, según el artículo 12.1 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, el destino carcelario se fijará evitando “el desarraigo social de los penados”. Ese principio se ha incumplido con el argumento de que la política penitenciaria es un instrumento en la lucha contra ETA, aunque ya han pasado más de cinco años desde su cese definitivo.

Goirizelaia opinó ayer que la decisión europea “no va a tener relación directa” con otras demandas, aunque pueda crear jurisprudencia en relación con la legislación francesa. “La diferencia está en que, aunque el punto de partida es el mismo, ya que el que se vulnera es el artículo 8 de la Convención Europea de Derechos Humanos [derecho de los presos a mantener su vida familiar y privada], en el reglamento y la ley orgánica de la legislación española hay algunos artículos en los que se dice cómo se deben cumplir las penas de prisión y en qué condiciones”, dijo.

la negativa europea El tribunal europeo rechazó el jueves tres demandas de presos que cumplían condena en Francia, a 800 kilómetros de sus familias. Solo uno de ellos, el exjefe militar de ETA, Alejandro Zobaran, sigue en prisión. Según la interpretación de los magistrados, el alejamiento no vulnera por sí solo los derechos de los presos, sino que debe llevar aparejado una restricción en las visitas y las comunicaciones con la familia. Se inclina por vetar el alejamiento solo en los casos más excepcionales, como sucedió en dos demandas contra Ucrania de un preso que no vio a su madre en diez años, y otro que recibió siete visitas en ocho años. La argumentación es prácticamente idéntica a la que utilizó la Audiencia Nacional para rechazar una cascada de recursos en 2015. En concreto, el tribunal español también ha esgrimido que el derecho a las visitas y las comunicaciones estaba garantizado en todo momento.

La decisión europea supone un jarro de agua fría para los presos, que han fiado su estrategia a esa vía ante la cerrazón española. Si se cerrara esa puerta, no les quedaría otro camino que ceñirse a las exigencias planteadas por el Gobierno español, que reclama la disolución de ETA y una petición de perdón a cambio de acercarlos a cárceles vascas. El primer preso cumpliendo condena en el Estado español que ha llamado a la puerta europea para pedir el fin de su alejamiento ha sido Josetxo Arizkuren, Kantauri. Además, hay otras 260 demandas en cartera, aunque primero deben agotar todas las vías judiciales españolas.

También han acudido a Europa los presos a quienes no se les han descontado los años de condena cumplidos en cárceles de otros estados. El primero al que le han admitido a trámite una demanda en ese sentido es el preso disidente de ETA Kepa Pikabea. En este caso, Europa tendrá que dictaminar sobre el incumplimiento de una de sus propias decisiones marco, de modo que las expectativas de los presos pueden ser mayores en este terreno.