madrid - El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, aseguró ayer en el Senado que trabajan para que la presa de ETA Sara Majarenas y su hija Izar “puedan estar juntas”, una situación que “no es fácil” porque antes se deben adoptar una serie de “prevenciones” debido a la violencia de la pareja de la presa de ETA.
El padre hirió con un cuchillo en una vivienda de Benifaió (Valencia) a la menor, por lo que tuvo que ser ingresada en el Hospital de la Fe de la misma localidad. El juez autorizó a Majarenas a quedarse en el centro hospitalario hasta que se produjo el alta médica de la niña, que precisamente hoy cumple tres años y que, por tanto, podría en cumplimiento del reglamento penitenciario dejar de convivir junto a su madre en la cárcel valenciana de Picassent.
Zoido se refirió a esta cuestión a preguntas del senador de EH Bildu Jon Iñarritu, a quien le contestó con una defensa de la política en vigor en materia de dispersión de presos en aplicación del Estado de Derecho. “Las decisiones no dependen del ministro, existen unos requisitos y unos informes médicos que hay que cumplir”, afirmó.
Majarenas fue condenada a 13 años y diez meses de prisión por ser miembro del comando Levante de ETA tras ser detenida en 2005. El padre de la niña, de nacionalidad etíope, se personó en el retén de la Policía Local de Benifaió, donde confesó que había matado a su hija, si bien luego se comprobó que sufría heridas graves. En la vivienda encontraron a la niña con heridas de arma blanca en el tórax, que le había producido una perforación de pulmón; en la espalda y en la mano izquierda.
Hasta que se produjo la agresión del padre, y posteriormente desde que la semana pasada le dieron el alta médico, la menor ha estado en la prisión con la madre de lunes a viernes, en un régimen especial que permite que las presas tengan a sus hijos menores de tres años con ellas, y algunos fines de semana se iba al domicilio con el padre, que se halla en prisión provisional por estos hechos. - DNA