MADRID - No continuará como secretario general si sus tesis ideológicas y organizativas no convencen a la mayoría de simpatizantes de Podemos, pero el secretario general, Pablo Iglesias, redobló ayer su amenaza de hacerse a un lado si no gana en la asamblea de Vistalegre II. Se plantearía, previa consulta con sus compañeros, dejar su escaño en el Congreso para evitar “hacer sombra a nadie” en caso de que las propuestas de su secretario político, Iñigo Errejón, salgan victoriosas. “No tendría sentido agarrarse al sillón” si los inscritos deciden “que Errejón sea el líder”, resumió sobre una pugna entre corrientes que sigue calentando el ambiente previo al congreso refundacional.

Podemos no volverá a ser lo mismo a partir del lunes. Tanto en sus ideas como en sus caras, Vistalegre II zanjará durante este fin de semana las disputas internas que el partido morado viene protagonizando. De hecho, y aunque la elección de la secretaría general no está en juego -Errejón no compite-, se podría dar el caso de que su líder se haga a un lado si es batido por la hoja de ruta de su número dos. Dejar el Congreso, donde ejerce de cara visible en los grandes debates, es una posibilidad que abrazaría. “Puede que sí, lo hablaría con los compañeros”, evidenció en una entrevista televisiva, pero “creo que eso no va a ocurrir y que vamos a tener mayoría”. Confiado en sus posibilidades aunque consciente de que el bando errejonista acumula un amplio sustento interno, avanzó que en todo caso “la moneda no puede caer de canto”. A pesar de invocar la unidad, solo habrá un vencedor y el que quede en segundo lugar tendrá difícil mantenerse en su cargo. El temor a las purgas se acrecienta en la recta final de la campaña interna.

Iglesias opina que el trasfondo de la batalla entre sectores viene de largo. Concretamente, del congreso fundacional de Vistalegre de otoño de 2014. Fue un “error colectivo” concentrar tanta responsabilidad en tres secretarías “superpoderosas” como la secretaría general que comanda, la secretaría política de Errejón y la de Organización, en manos de su afín Pablo Echenique. Hoy en día hace falta un liderazgo más “coral” con una estructura mucho más descentralizada. La dirección de Podemos debe tener forma de “coro. No un tándem, sino una orquesta”.

“Si uno queda en minoría, es evidente que no puede liderar el partido”, insistió Iglesias para después poner como ejemplo la travesía por el desierto que el PSOE viene protagonizando desde que su secretario general, Pedro Sánchez, se quedara sin apoyo interno. Otros líderes cercanos al máximo mandatario morado imitarían la maniobra de su superior. Es el caso del portavoz de Podemos en el Senado, Ramón Espinar, quién adelantó que “no hará ruido” si tiene que marcharse y abandonará su puesto institucional si Errejón gana. Sin embargo, mantendría la secretaría general del partido morado en la Comunidad de Madrid porque este cargo “no está en juego”.

“Viraje ideológico” A menos de 24 horas de que Vistalegre II abra el telón, Errejón se mantiene firme en sus postulados criticando el “viraje ideológico” efectuado hacia un partido “para convencidos” que “pide etiquetas de pureza ideológica y tiene capacidad de resistencia, pero no de gobierno”. Consideró que Iglesias vencerá sin sobresaltos en las votaciones para la secretaría general -donde compite con un representante de segunda fila del aparato andaluz, Juan Moreno Yagüe- y mantendrá su puesto en lo más alto de la cúpula morada, aunque la militancia abogue mayoritariamente por desechar las estrategias políticas y organizativas del líder. El número dos pronosticó que “va a prevalecer la responsabilidad” y no habrá ruptura, aunque no ocultó su preocupación por que Podemos pueda salir “tocado” de su decisivo cónclave.