bilbao - Pasa por ser uno de los mayores estudiosos de eso que denomina “agujeros negros de la democracia”, esto es, los barrios más pobres de nuestras ciudades cuyas urnas electorales registran menos votos que los del vecino barrio pudiente.

¿Cómo afecta la falta de recursos económicos sobre la exclusión política y el absentismo electoral?

-Si vives en un barrio de una ciudad caracterizado por su situación de exclusión social tienes una alta probabilidad de no participar en ningún tipo de elección. Las urnas que se llenan menos de votos de cada ciudad coinciden en que están situadas en suburbios caracterizados por su falta de recursos y derechos. Son zonas donde se concentran los problemas económicos, de salud, de vivienda, de empleo, de relaciones sociales y que, además, sufren una severa exclusión política.

¿Es contagioso el abstencionismo en un entorno determinado?

-Cuantas más ventanas abiertas al mundo exterior, más posibilidades de recibir estímulos e información política que incrementen las ganas de participar en los procesos electorales. Cuantas más personas concentradas sin capital social, sin recursos económicos, laborales ni relación con las personas incluidas de la sociedad, más probabilidades de que se contagie la abstención, la desconexión política y electoral en ese espacio geográfico. Si tus vecinos no votan, lo más probable es que tú tampoco lo hagas.

Los partidos emergentes, especialmente Podemos, ¿han paliado el abstencionismo en estos barrios?

-Desde el año 2000 por lo menos, las mesas electorales donde se concentra la abstención extrema están situadas en las barriadas más pobres de las ciudades. No ha habido ningún cambio. La ampliación de la oferta partidista de los últimos años y la movilización social y política que surgió el 15-M como respuesta a la crisis no ha incorporado a los más pobres a la democracia. Los más pobres no se han enterado de la nueva política. Tampoco la nueva política ha sido lo suficientemente innovadora y creativa para atraer a las urnas a los ciudadanos que viven en los barrios marginales.

¿Es correcto afirmar que si los más débiles ‘pasan’ de las urnas dejan de ser ‘clientes’ de los partidos y éstos dirigen sus mensajes y atención a otros sectores, acentuando aún más el agujero democrático?

-Los más débiles no pasan. Son víctimas de la falta de igualdad de oportunidades y de la desigualdad extrema que hace que entren en zonas de exclusión y desconexión política. Un problema importante sería que un determinado grupo de ciudadanos participara en menor medida que el resto y sus preferencias políticas no fueran introducidas en el sistema a través del voto. Ese grupo formado por los más pobres deja de ser objetivo prioritario de unos representantes que no los representan y, efectivamente, hace que se acentúe aún más el agujero negro democrático.

¿Se puede hablar de democracia cuando en todas las ciudades existen barriadas que, por carecer de recursos o vivir donde viven, no tiene las mismas oportunidades para participar en política?

-Estaríamos hablando de una democracia defectuosa y elitista si existe una parte de la sociedad excluida sistemáticamente del proceso público y además es la parte que más necesitaría de la ayuda del Estado para poder desarrollar su vida con dignidad. Cualquier definición de democracia entiende como un principio esencial del sistema el derecho a la participación electoral de todos los ciudadanos en igualdad de condiciones. La participación electoral es un mecanismo que puede corregir las desigualdades socioeconómicas.

¿Cuáles son en Euskadi los barrios de mayor abstencionismo?

-Las mesas de mayor abstencionismo extremo se concentran en los barrios bilbaínos de Otxarkoaga y Altamira, donde la mayoría de sus vecinos no votan. En Gasteiz, las urnas que se llenan menos de votos están en Txagorritxu, Abetxuko y Sansomendi. En Donostia, la participación más baja se registra sistemáticamente en Intxaurrondo, Bidebieta y Altza. Estos datos confirman la relación entre recursos económicos y sociales y participación política. Estos barrios se caracterizan por ser las zonas de rentas más bajas de las tres capitales vascas.

El abstencionismo electoral ¿es consecuencia de la marginalidad -Tiene multiples factores, pero el abstencionismo extremo que es del que estamos hablando está relacionado fundamentalmente con las áreas que tienen la mayor concentración de ciudadanos que lo han perdido todo: trabajo, relaciones sociales, vivienda o salud, por no hablar de los recursos económicos.

¿Las diferencias de participación en Euskadi entre los barrios de mayor renta y los de menor son homologables a los de España?

-La desigualdad política en la participación que se registra en Euskadi es inferior a la que se produce en las grandes ciudades del Estado español, a excepción de Bilbao, cuya diferencia entre las secciones electorales más participativas (situadas todas en Abando) y las que menos participan (todas situadas en los barrios de menos renta) es bastante preocupante. Por ejemplo, en las últimas elecciones generales de 2016, un 82% participó en la sección electoral que registró la participación más alta, estaba en Abando. En la sección electoral que registró la participación electoral más baja, situada en Otxarkoaga, participó un 43%.

Pudiera pensarse que, en Bilbao, la zona de San Francisco y Bilbao La Vieja también presenta un alto nivel de abstencionismo, pero no aparece en su estudio.

-Es verdad que determinadas secciones electorales de San Francisco y Bilbao La Vieja se produce una abstención superior a la media. No aparecen en el top ten de la abstención extrema. Pero en las últimas elecciones municipales de 2015, entre las 20 secciones electorales que tuvieron las urnas más vacías se encontraban 3 situadas en estos barrios, con una participación por debajo del 50%.

Los que sí votan en esos barrios, ¿tienen un patrón o un comportamiento electoral común?

-Generalmente, los ciudadanos que sí votan en estas barriadas tienen más probabilidad de votar a un partido de izquierdas.