bilbao - En otro plano, y sin afectar a los más altos representantes autonómicos, la intervención de los tribunales en la vida política vasca ha venido sobre todo de la mano de la política de ilegalizaciones y de macrojuicios contra el entorno de la izquierda abertzale, una estrategia activada durante el mandato del expresidente español José María Aznar con el argumento de que todo formaba parte de ETA y había que cortar de raíz todas sus fuentes de financiación. El impulso definitivo llegó con la Ley de Partidos aprobada en 2002, que llevaría a la ilegalización de HB, EH y Batasuna y, en lo sucesivo, de todas las marcas consideradas como herederas de la izquierda abertzale. También se impulsó la dinámica de los macrojuicios contra el denominado entorno político o social del movimiento, lo que afectó a las herriko tabernas y alumbró el sumario 18/98, donde fue investigado todo un compendio de organizaciones. En el ámbito de la prensa, se produjo el cierre de Egunkaria, como ya antes se había procedido a la clausura de Egin. A nivel judicial, fue muy activo Baltasar Garzón.
BATERAGUNE Cinco años después del cese definitivo de la violencia, aún colean las consecuencias de estos procesos y se han producido arrestos entre el colectivo de abogados y la red de apoyo a los presos, pero la última gran operación en el ámbito exclusivamente político se remonta ya a 2009. Fue el caso Bateragune, por el cual resultaron encarcelados los dirigentes de la izquierda abertzale que, bajo el liderazgo de Arnaldo Otegi y el exdirigente de LAB Rafa Díez Usabiaga, trabajaban en el viraje de la izquierda abertzale hacia vías exclusivamente políticas y pacíficas.
Aunque el sindicalista sigue cumpliendo condena, Otegi, Arkaitz Rodríguez, Miren Zabaleta y Sonia Jacinto forman parte ahora de la cúpula de Sortu, sin que nadie salvo asociaciones de víctimas como la AVT pidan su ilegalización. El tránsito hacia la legalidad comenzó en 2011, con la creación del polo soberanista de Bildu, formado por EA, Alternatiba e independientes de la izquierda abertzale. En 2012, tras el cese de la violencia, lograba el aval judicial la marca propia de la izquierda abertzale, Sortu. - M.V.