BILBAO - Tras una legislatura en la que no se ponía al teléfono, Mariano Rajoy ya contesta a las llamadas de Sabin Etxea e incluso él mismo marca el número. Andoni Ortuzar desveló ayer que tiene hilo directo con el presidente del Gobierno español para hablar de los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y de la agenda vasca. El fin de su rodillo parlamentario y, en definitiva, la necesidad ha obligado al mandatario español a torcer el brazo y abordar en primera persona la interlocución con el partido que gobierna en Euskadi.

En una entrevista con la agencia Efe, el presidente del PNV constata el cambio de actitud operado en el último mes por parte del Partido Popular, tanto en cantidad como en calidad, y asegura que ya tiene interlocución “directa” con el presidente Rajoy. “Él ha sido consciente de que lo tenía que asumir en primera persona para tener credibilidad en el intento”, precisa Ortuzar, en referencia a los últimos cinco años de incomunicación y de negativas continuas por parte del Ejecutivo español a escuchar y atender las demandas procedentes de Euskadi. “Solo valen los compromisos que se asumen en primera persona por los máximos líderes de cada formación, en este caso por nada menos que el presidente del Gobierno”, agrega el burukide jeltzale.

Las revelaciones de Ortuzar confirman el cambio del PP a la hora de afrontar sus relaciones políticas e institucionales con el PNV y el Gobierno vasco e incluso con la Generalitat catalana y los partidos que la sostienen, Junts pel Sí y ERC. En las últimas semanas, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha vigorizado su agenda catalana para incluir en ella reuniones y visitas a Catalunya, donde incluso ha habilitado su propio despacho en la sede de la Delegación del Gobierno español. La desde hace unas semanas flamante y todopoderosa emisaria de Rajoy para las relaciones de Moncloa con las comunidades autónomas se dejó ver hace dos semanas en Gernika en la toma de posesión del lehendakari, Iñigo Urkullu, fotografiándose junto a él y firmando incluso en el libro de honor de la Casa de Juntas. En dicho marco, hizo gala de una cordialidad y un tono desconocidos en los últimos años.

Abundando en esta línea, el pasado lunes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el consejero vasco del ramo, Pedro Azpiazu, se reunieron en Madrid y acordaron buscar salida a varios problemas enquistados como la liquidación del Cupo, la encomienda de la gestión del tren de alta velocidad y el Concierto económico. De todos modos, ni Rajoy, ni Sáenz de Santamaría, ni Montoro han ido más allá de lo gestual, ya que hasta la fecha no se han producido avances en lo referente a los contenidos.

Estas son algunas de las cuestiones económicas que más preocupan a la delegación vasca, pero por la parte española las necesidades tampoco son menores, ya que Rajoy no tiene garantizada la aprobación de los Presupuestos de 2017. Y es que el PSOE, pese a aprobar el techo de gasto, insiste en que no le dará su apoyo y a los populares no les salen las cuentas en el Congreso ni siquiera con el apoyo de Ciudadanos. Sea así o no, intentan ganarse los favores del PNV, pese a que sus cinco diputados en Madrid no le garantizan la mayoría absoluta.

Nuevo escenario Tras asegurar que sus conversaciones con el presidente Rajoy “todavía no han pasado a la categoría de negociaciones”, Ortuzar avisa de que una eventual negociación con los populares debe ir más allá de lo estrictamente presupuestario. “La negociación sería injusta si solo se habla de Presupuestos porque en ese ámbito el que daría es el PNV. Son las dos partes las que tienen que dar y necesitamos que el PP se comprometa en otros ámbitos”, subraya.

En este nuevo escenario político, al PNV se le abren oportunidades para ir sustanciando la agenda vasca que incluye hablar de la reforma del autogobierno vasco, poner fin a los recursos a leyes vascas, la liquidación del Cupo -lo que paga la CAV al Estado por las competencias no transferidas-, el aumento de las inversiones del Estado en Euskadi y la recuperación de las relaciones bilaterales con el Gobierno Vasco. “Como corolario, el desarrollo del Estatuto y las transferencias pendientes”, precisó.