madrid - El PP ha vuelto a tropezar con la misma piedra. Mariano Rajoy tuvo que aparcar su promesa electoral de bajar los impuestos cuando accedió al Gobierno español en 2011, momento en el que subió los gravámenes con el argumento de que el socialismo había dejado un boquete en la tesorería y el déficit estaba desbocado. Han pasado cinco años y la situación económica ha mejorado, pero ha vuelto a incumplir su promesa de no subir los impuestos, esta vez porque ha pactado varios incrementos con el socialismo que, además, inciden directamente en el bolsillo de los ciudadanos porque atañen al tabaco, las bebidas alcohólicas y los refrescos. No obstante, la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, dio ayer otro enfoque a la cuestión sosteniendo que el Gobierno español “no ha incumplido la promesa” que hizo de no subir los impuestos, sino que “ha pedido un esfuerzo adicional en el ámbito de los ingresos a las empresas más grandes”, en alusión a la eliminación de varias deducciones en el Impuesto de Sociedades.

Báñez respondió así, en una visita al Centro Especial de Empleo Hotel Ilunion, a preguntas de los periodistas sobre las bases de los futuros Presupuestos del Estado para 2017, aprobadas el viernes, y que se asentarán sobre un gasto igual al efectuado este ejercicio y un aumento de la recaudación derivada del propio crecimiento económico y de ajustes tributarios por 7.000 millones de euros. Preguntada por si ese incremento en la recaudación supone incumplir la promesa que hizo el Ejecutivo de no subir los impuestos, la ministra explicó que “el Gobierno lo que ha pedido es un esfuerzo adicional en el ámbito de ingresos a las empresas más grandes, aquellos que están teniendo más beneficios en la recuperación”. Según dijo, las medidas aprobadas no implican que paguen nuevos impuestos “ni las familias ni las pymes ni los autónomos”. La ministra encuadró el pacto alcanzado con el PSOE en el “cumplimiento con Europa”, y dijo que la mejora de los ingresos es fruto de la confianza y del crecimiento de las oportunidades.

La semana pasada, el Gobierno español y el PSOE pactaron un déficit autonómico del 0,6 % y una subida del salario mínimo del 8 %, entre otros asuntos, como contrapartida a la abstención del grupo socialista en la aprobación de los objetivos de déficit y techo de gasto. La subida de los Impuestos Especiales que gravan el alcohol y el tabaco se recoge en un Real Decreto que entrará en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado. La propuesta del Ejecutivo español sube un 5% los impuestos al alcohol y un 2,5% el tipo específico de los cigarrillos, aunque la cifra sube hasta el 6,8% para la picadura de liar. Además, el Gobierno español tiene en cartera un proyecto de ley para gravar los refrescos, con el argumento de que intenta luchar contra la obesidad y desalentar el consumo de esos productos. También se han eliminado deducciones del Impuesto de Sociedades.

Este acuerdo ha sorprendido con el pie cambiado a Ciudadanos. El partido naranja tiene un acuerdo con Rajoy que lo convierte en el socio preferente de la legislatura, aunque no suman mayoría absoluta. Los dos partidos coincidían en sus propuestas económicas y, sobre todo, en el rechazo a la subida de impuestos que propugnaban el PSOE y Podemos. Esa sintonía ha quedado ahora en el aire.

VUELVE LA GRAN COALICIÓN Por otro lado, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Nuñez Feijóo, dijo ayer que Rajoy está dispuesto a seguir pactando con el PSOE los “temas más importantes” y confió en que la nueva dirección socialista “vuelva a ser lo que fue”. “En España tenemos un presidente que está dispuesto a hacer una gran coalición con el PSOE, propuesta a la que se le dijo que no, y ahora a seguir pactando los temas importantes que nos afectan”, subrayó. Para ello, espera que la nueva dirección del socialismo “vuelva a ser lo que fue”. “El PSOE no es independentista ni soberanista, ni intenta dividir a las autonomías unas contra otras, y eso es muy importante”, argumentó. - DNA