bilbao - La cerrazón del Gobierno español ante las reivindicaciones vascas está generando problemas tan apremiantes para el lehendakari que aprovecha cualquier ocasión para denunciar la situación y lanzar llamamientos al diálogo. Ayer volvió a hacerlo con toda la intención ante un auditorio en el que se encontraban el rey Felipe VI y la ministra de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat. Urkullu pidió diálogo institucional entre Euskadi y el Estado tras cinco años de “inmovilismo” bajo el mandato de Mariano Rajoy, cuando se han registrado retrocesos en el autogobierno y ningún progreso en la renovación del Cupo, el dinero que paga Euskadi a España por los servicios que presta en suelo vasco, y también en concepto de solidaridad con otras comunidades autónomas.
En la celebración del centenario de la Deusto Business School, el lehendakari reclamó un cambio de actitud para superar “cinco años de inmovilismo y retroceso en los elementos básicos” del autogobierno. “España se ha dotado de un nuevo gobierno, pero sigue teniendo pendiente afrontar, desde el diálogo y el consenso, el nuevo modelo económico y social, el nuevo modelo territorial basado en el respeto y profundización de su realidad plurinacional”, expuso. Esta reivindicación va a impregnar los discursos del PNV a lo largo de los próximos meses y condicionará su actitud con respecto al Gobierno de Rajoy, sus leyes y sus Presupuestos. Los jeltzales no van a entrar siquiera a negociar si no cesan los recursos contra leyes vascas. Sus votos pueden ser determinantes si el socialismo se instala en una oposición pura y dura a Rajoy. El lehendakari también se refirió ayer a las amenazas contra el Concierto y lamentó que no se renueve el Cupo.
La relación de Urkullu con Rajoy ha sido una travesía en el desierto. Llevan sin reunirse desde septiembre de 2014, y la interlocución se ha mantenido bajo mínimos, muy vinculada a cuestiones excepcionales como la coordinación por la amenaza yihadista, o bien a nivel técnico entre las consejerías y los ministerios para abordar temas sectoriales. Rajoy no ha respondido a sus demandas ni ha abierto un canal de diálogo sobre el cierre de la violencia. Además, se han registrado varios recursos de Madrid contra leyes vascas. Varias de ellas son estratégicas, como la municipal o la que busca reparar los abusos policiales sufridos entre 1978 y 1999. Una de las cuestiones que están resultando más molestas para Lakua es el reiterado recurso contra las ofertas públicas de empleo de la Ertzaintza para recortar sus plazas y que se ajusten a los criterios de los Presupuestos estatales.
concierto En paralelo, en algunos momentos de la legislatura ha resurgido un clima de opinión contrario al Concierto Económico que permite a las instituciones vascas recaudar sus propios impuestos y pagar un Cupo al Estado. En esta ocasión, las opiniones han partido fundamentalmente del PSOE andaluz, de la anterior dirección del socialismo catalán, y de Ciudadanos. En cualquier caso, el PP tampoco habría cumplido su parte con el Cupo al no haber renovado la ley quinquenal ni haber cerrado con Lakua la discrepancia sobre las cantidades adeudadas a Euskadi. Además, el socio de Rajoy para la nueva legislatura será precisamente Ciudadanos, lo que en el peor de los casos puede condicionar las negociaciones del Cupo porque quiere que Euskadi pague más. En un plano más general, el Gobierno Vasco también ha asistido con preocupación a la estrategia judicial de Madrid como respuesta al deseo de independencia catalán. Con vistas a los próximos meses, Euskadi también reclamará respuestas cuando se pacte el nuevo estatus.
Urkullu demandó un cambio de actitud a favor del respeto, el entendimiento y la colaboración, “imprescindibles para un nuevo proyecto de futuro”. Se refirió a la “amenaza” para el Concierto Económico y a la “necesidad” de negociar y aprobar la liquidación de la Ley del Cupo, “una herramienta esencial para el desarrollo económico e institucional de Euskadi”.