madrid - El procedimiento para designar a los tres senadores autonómicos no ha hecho más que empezar, pero ya se puede tener una idea bastante aproximada de su resultado final por una pura cuestión aritmética y porque este trámite ha quedado fuera de las negociaciones de gobernabilidad de PNV y PSE. Todo apunta a que dos puestos serán designados por los jeltzales (Jokin Bildarratz y Juan Carlos Ramírez Escudero), y el tercero, por EH Bildu, que recupera para ese puesto al exdiputado Jon Iñarritu.
Los socialistas han propuesto a Tontxu Rodríguez, pero es prácticamente imposible que logren un asiento porque son la cuarta fuerza, solo cuentan con 9 escaños y sería necesario que lograran el apoyo de dos grupos más para pasar la criba. En concreto, en virtud del Reglamento parlamentario, en la primera votación es necesario conseguir, como mínimo, el aval de un cuarto de los escaños, es decir, 19 de 75.
La principal debilidad del socialismo es que, salvo cambio de última hora, esta cuestión no forma parte de las negociaciones de estabilidad con el PNV. No está previsto que los jeltzales le cedan votos. Quieren garantizarse sus dos plazas y, además, sería complicado de justificar que primaran a la cuarta fuerza para que tuviera un senador, pasando por alto las aspiraciones de EH Bildu y Podemos. Aun en el supuesto de que el PNV le cediera votos al socialismo, solo podría donarle apoyos hasta un tope de 9, porque los jeltzales tendrían que quedarse para ellos 19 de sus 28 escaños para cumplir el requisito de un cuarto de los apoyos. El problema radica en que esos 9 que cedería el PNV, sumados a los 9 socialistas, serían 18 y tampoco valdrían para que Rodríguez pasara la criba. Le haría falta la confluencia de EH Bildu o Elkarrekin Podemos, que cabe presumir que defenderán sus propios intereses porque tienen mayor representación que el socialismo. El PP, por su parte, sigue dolido por su exclusión de la Mesa. Tampoco cabe pensar en que el PNV, en el caso de ceder escaños al socialismo, le diera tantos como para quedar en una posición de debilidad por debajo de los veinte votos y a merced de pactos alternativos desde la izquierda o cualquier imprevisto.
Así, en la primera votación, el PNV lograría un senador, previsiblemente su actual portavoz en la Cámara Alta, Jokin Bildarratz. Por matemática estricta, nadie más lograría un escaño porque ninguno llega a los 19 votos. EH Bildu se quedaría a las puertas, con 18, aunque fuentes de la coalición explican a este diario que no descartan acuerdos con el PNV o Podemos para conseguir el único voto que le falta. En un análisis aritmético, sería posible que la izquierda aber-tzale y el partido morado auparan a dos senadores de su cuerda entre ambos, porque unidos suman más que los jeltzales y podrían unirse en primera y segunda votación, pero no parece que EH Bildu esté en esa dinámica.
En segunda votación, no es necesario lograr un cuarto de los apoyos, pero tampoco son previsibles grandes cesiones de votos entre grupos ante la posibilidad de que haya pactos alternativos. El PNV lograría como segundo representante a Ramírez Escudero porque ganarían los más votados. Iñarritu podría lograr plaza en la primera votación con la cesión de un voto, o en la segunda en solitario, como segunda fuerza más votada, si es que no hay pactos alternativos. Queda por ver si Podemos presentará candidato o apoyará al de EH Bildu, y qué hará el PP. No hay fecha para el Pleno.