La decisión de los 15 diputados socialistas de desobedecer las órdenes del partido ha generado debate de cuáles puede ser las consecuencias que conlleve y ha puesto la disciplina de voto en la primera plana de la política española.
Mientras que Pedro Sánchez optó por devolver su acta de diputado antes que votar en el hemiciclo, otros decidieron mantenerse firme en sus postulados y votar no, pese a enfrentarse a una posible expulsión del grupo parlamentario.
De la guerra de Irak a la aprobación del matrimonio homosexual, la decisión de votar algo no acordado por el partido o ausentarse de la votación no es nueva ni en las filas socialistas ni en las populares. El último precedente en el que algún parlamentario socialista desobedeció las órdenes del partido fue en abril, cuando cuatro socialistas aragoneses votaron en contra de la moción de ERC para asegurar un caudal ecológico para el delta del Ebro.
contraria a la constitución Dos mandatos constitucionales hacen referencia a la disciplina de voto de los parlamentarios, y los dos defienden la libertad de voto. El artículo 67 de la Constitución dice que los miembros de las Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo mientras que el 79 establece que el voto de senadores y diputados es personal e indelegable.
Estos dos artículos no son impedimento para que los dos grandes partidos políticos españoles, PP y PSOE, impongan multas a sus diputados díscolos. Además de tener que dejar el escaño o la expulsión al Grupo Mixto si el partido considera la infracción grave, los populares penalizan con sanciones entre los 100 y los 600 euros, mientras que los socialistas fijan la multa en 600 euros. Sin embargo, en el reglamento del grupo socialista hay una ley que permite excepcionalmente acordar la libertad de voto por razones de conciencia, artículo al que se aferran los diputados contrarios a la abstención para no ser multados.
En las nuevas formaciones, la situación es diferente. Ciudadanos expresa claramente en sus estatutos que sus diputados deben seguir las directrices del partido, mientras que en Podemos no hay ninguna referencia a ello. Izquierda Unida, integrada en Unidos Podemos, sí que permite el voto en conciencia.
Pese a las sanciones, desde la historia de la democracia española se puede hacer una lista de diputados que han votado de acuerdo a su opinión contraviniendo la del partido.
populares rebeldes La votación por la guerra de Irak en abril de 2003 tuvo una baja en las filas populares. Luis Ancín, diputado por Huesca, renunció a su escaño en el Congreso y se dio de baja en el partido para evitar votar a favor. Ese mismo año, en octubre, otro diputado oscense, Ángel Pintado, votó en contra de la Ley de Reproducción Asistida con embriones. Además, ocho parlamentarios del PP no acudieron a la votación.
También en la reforma de la Ley del Divorcio de 2005, votaron en contra Federico Trillo, Antonio Gutiérrez Molina, Luis de Torres y Francisco Villar, contraviviendo la abstención de su grupo. En el Senado, el diputado leonés Juan Morano pasó al Grupo Mixto tras votar en contra del PP el recorte de ayudas al carbón en León.
Si los equipos de fútbol tienen sus estrellas, los partidos también tienen sus diputados insignia en lo que a transgresión de voto se refiere. En el caso del Partido Popular el referente es Celia Villalobos. La polémica parlamentaria ha violado la disciplina de partido en dos ocasiones.
La primera fue a raíz de la ley a favor del matrimonio homosexual de 2005, en la que la malagueña fue multada por votar a favor de ella. Dos diputados más se abstuvieron y una no se presentó. Tres años más tarde, en 2008, votó en contra de la reforma de la ley del aborto, aunque dijo que fue un error y no fue multada.
En el PSOE, el diputado más experto en estas lindes es Antonio Gutiérrez. El exsecretario general de CCOO y diputado por Madrid, comenzó en 2005 al abstenerse en un decreto de ley del Gobierno para restituir patrimonio incautado a UGT. Gutiérrez le cogió el gusto a eso de transgredir la línea oficial del partido y también se abstuvo en junio de 2010 en la votación a favor de la reforma laboral de José Luis Rodríguez Zapatero. Por último, culminó su rebeldía al año siguiente cuando votó en contra de la famosa reforma pactada del PSOE y el PP del artículo 135 de la Constitución para garantizar la estabilidad presupuestaria. Junto a él votaron los senadores del PSE Imanol Zubero y Roberto Lertxundi.
Los socialistas recaudaron más dinero en multas en 2005, cuando, durante la legislatura de Zapatero, cuatro diputados se abstuvieron y tres votaron a favor de una enmienda de Izquierda Unida, en la que se pedía la supresión de la financiación del Estado a la Iglesia.
También fue sancionado Juan Antonio Barrio de Penagos en 2008 tras votar a favor de una moción de ICV para reprobar al exdirector de la Oficina Económica del Gobierno, David Taguas.
sin sorpresas del psc Dentro del grupo socialista, la federación más díscola es la catalana. Junto a la sonada divergencia en 2014 respecto al traspaso de competencias a la Generalitat para la convocatoria de referéndums, en la que los diputados Marina Geli, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura tuvieron que devolver su acta por votar a favor, el PSC ha protagonizado otros dos desplantes durante la legislatura de Rajoy.
La votación sobre el derecho a decidir de 2013 abrió la veda cuando fueron sancionados Carme Chacón, que se abstuvo, y otros 13 diputados que votaron a favor. Esto provocó la salida de la dirección del PSC del parlamentario José Zaragoza.
En una votación similar, esta vez contra el derecho a decidir a propuesta de UPyD, los diputados catalanes se abstuvieron desobedeciendo la línea de Ferraz, que apoyó la moción.
Una ruptura de la disciplina de voto también fue la causante del terremoto foral que originó el fin del acuerdo de UPN con el PP. Durante la votación de los Presupuestos Generales del Estado de 2010, el diputado regionalista Carlos Salvador se abstuvo, mientras que su compañero Santiago Cervera votó a favor. El PP dio por terminado su pacto tras 17 años juntos, quién sabe si el matrimonio del PSC con los socialistas acabará de la misma manera.