MADRID - Los acusados de la trama Gürtel siguen desfilando ante la justicia. Ayer le tocó el turno a Álvaro Pérez Alonso, El Bigotes, el hombre fuerte en Valencia de la trama que habría logrado contratos públicos en administraciones del PP a cambio del pago de comisiones. Pérez se desvinculó totalmente de la trama y se presentó a sí mismo como un creativo que se dedicaba a innovar en las campañas del partido. Por conocer, prácticamente no conocía ni al extesorero del PP Luis Bárcenas. También negó haber agasajado con regalos a la exministra Ana Mato, aunque después se le mostró una factura con un obsequio a su nombre, y reconoció que la firma que aparecía en el papel era suya, aunque no sabe cómo llegó hasta allí.
La declaración de El Bigotes, el único de los acusados que por el momento solo ha accedido a responder a su abogado, estuvo plagada de halagos a sí mismo por su carrera de “éxitos” organizando mítines para el PP, algo en lo que era “muy bueno” y provocó que lo acabaran “copiando todos los partidos”. Pese a esa relación estrecha con el partido, rechazó haber recibido “algo del PP”. “Del PP, disgustos”, dijo, para asegurar después que solo trabajaba “como un condenado”. Tampoco admitió haber hecho entrega de dinero a ninguno de sus miembros y, en concreto, sobre Bárcenas, negó haberle dado ningún sobre y dijo que, cuando empezó a trabajar para el presunto cabecilla, Francisco Correa, “no sabía ni que existía” el extesorero del PP, que ahora se sienta con él en el banquillo.
“Al señor Bárcenas no le he entregado nunca nada, de nada, de nada. Lo único que le he dado han sido los buenos días y las buenas tardes”, dijo. “Correa veía a Bárcenas cuando quería, es una tontería pensar que me iba a dar a mí un sobre para una persona que iba a ver en 10 minutos”, añadió. Lo que sí reconoció es su firma en una “disposición de efectivo” para un “obsequio” de 180 euros a la exministra de Sanidad Ana Mato, si bien después dijo que no se efectuó la compra. Antes de responder sobre esa factura, puntualizó que él había oído que ese regalo, al parecer un bolso, fue de 400 euros, y al serle mostrado el documento, dijo: “En ese documento creo que hay una firma mía. La firmita esa sí es mía”.
Finalmente, la orden de compra, que reflejaba un “obsequio” para Ana Mato, ponía 180 euros, momento en el que ironizó: “barato, ¿eh?”. Después de su comparecencia, en declaraciones a los periodistas, aseguró que no sabe qué hace ahí su firma.
no tomaba decisiones Sobre su papel en el Grupo Correa, dijo que no tomaba ninguna decisión, únicamente se “dedicaba a crear” y no miraba los costes, por lo que acabaron desconfiando de sus dispendios. A partir de un momento, no podía pedir “ni 150 euros para gasolina” sin autorización. “Y más a mí, porque no se fiaban de mí”, dijo.
Respecto a los cumpleaños con los que supuestamente obsequió la Gürtel a la familia de Ana Mato cuando estaba casada con el exalcalde de Pozuelo, Jesús Sepúlveda, sostuvo que “jamás” organizó eso porque él estaba para eventos importantes como “los mítines diarios del PP”. “No estaba para cumpleaños”, rechazó. Sobre el apunte de una entrega de 600 euros a su nombre presuntamente destinada a Sepúlveda, justificó que sería porque pidió dinero para comer con él “y con su gente” y que por eso “pone Jesús Sepúlveda”.
“He tenido una relación profesional muy agradable y muy seria con este señor. No he salido nunca de copas con él. No creo que haya una empresa en España que vaya a comer con un cliente y pague el cliente”, dijo. Según dijo, no fue al Ayuntamiento de Pozuelo en su vida, y tampoco estuvo “jamás a solas con Sepúlveda en el despacho de la sede del PP.
Durante su declaración, se dirigió en dos ocasiones al presidente del tribunal para solicitar un receso debido a sus problemas derivados de un cáncer de próstata y le pidió además que le atase “en corto” por su “vehemencia” y por su defensa del “taco”, comparándose con el Nobel de Literatura Camilo José Cela.
El juicio del caso Gürtel ha adquirido una nueva dimensión después de que Correa haya decidido tirar de la manta y reconocer los presuntos manejos con la expectativa de aliviar su condena. Correa reconoció una trama para contratar a empresas afines a cambio de comisiones, y los negocios llegaron, según su versión, hasta el gobierno de Aznar y la contratación de grandes infraestructuras. - E.P.