Empecemos por un detalle. Si quieren menor en todo lo que ha pasado desde que Rajoy hace ya un año disolvió las Cortes y convocó las elecciones del 20-D. El detalle es que el PSOE decide alargar un poco más esta absurda situación que ha creado el propio partido socialista: abstenerse el primer día para 48 horas después dar vía libre a la investidura de Rajoy. Es un detalle que recuerda a esas malas películas de bajo presupuesto con diálogos imposibles para un flirteo seguro: acabarán diez minutos después en la misma cama.
Si la consecuencia es la misma que está decretada desde que Felipe “Tapatá” dio el pistoletazo de salida para orillar a Pedro Sánchez y su “no es no”, ¿a qué viene este inútil prólogo con el que el PSOE trata de hacer como que no va a permitir lo que llevaba tiempo preparando? No sé yo si esta Gestora y ese Comité Federal son conscientes de la vergüenza ajena que provocan en los que asisten desde fuera al espectáculo.
Luego está lo de la “abstención técnica”, un neologismo al que lo mismo apela Idoia Mendia para evitar una fractura en el grupo socialista en el Congreso, que lo hace Javier Fernández para lo contrario. Le llaman amor cuando quieren decir sexo. Lo de menos, como en el detalle de las 48 horas extra, es la fórmula. Lo que realmente debe importar es el resultado, ese Gobierno de Rajoy al que se le da no solo el poder renovado sino un añadido: decidir cuándo convoca nuevas elecciones. Les aseguro que no será, precisamente, cuando le interese al PSOE. No se trata por lo tanto de evitar unas terceras elecciones sino, acaso, retrasarlas.
Cuesta imaginar una decisión técnica con tan profunda consecuencia política, así que para no despistar más a un electorado ya de vuelta de casi todo, convendría llamar a las cosas por su nombre. La abstención tiene como objetivo que gobierne el PP. Punto.
A partir de ahí, el PSOE queda atrapado en una doble circunstancia que augura un tránsito muy difícil hasta la siguiente cita electoral. Si por responsabilidad, como dicen los que ahora mandan en el PSOE, había que entregar el Gobierno a Rajoy, por la misma responsabilidad habrá que permitir que gobierne. ¿Si te has tragado el no al Gobierno cómo no vas a pasar por el resto de aros?
Pero añadan aún otra dificultad: la disputa permanente y feroz con Unidos Podemos por reivindicar el liderazgo de la oposición. Y ahí, de momento, la formación morada ha encontrado el campo expedito tras la decisión del Comité Federal. Sospecho que las dificultades para el PSOE no han hecho sino empezar.