madrid - El considerado número dos de la red Gürtel, Pablo Crespo, afirmó ayer que la Comunidad de Madrid obligaba a las empresas de la trama a fraccionar los contratos por los servicios prestados para, de esta forma, orillar la necesidad de concurrir a los concursos públicos. “Nos ordenaban dividir ese acto en diferentes facturas”, señaló durante su declaración ante el tribunal que le juzga en la Audiencia Nacional. Insinuó que esa práctica era habitual cuando la administración madrileña, bajo mando de Esperanza Aguirre, empezó a conceder contratos a las firmas de la red corrupta en 2004 o 2005.
El acusado explicó que era la Administración la que les daba las directrices sobre cómo tenían que facturar, algo que consideró una cuestión normal en sus relaciones con las instituciones públicas. “Es el cliente el que te dice te voy a pagar de esta manera o de esta otra”, se justificó sobre unos pagos que, pese a dilatarse durante varios años, habrían legado una deuda de alrededor de 100.000 euros a las empresas que gestionaba el líder de la trama, Francisco Correa. Las firmas del grupo, “ni siquiera la autoridad judicial”, se han preocupado por cobrar, lo que supone un “enriquecimiento injusto” de la administración madrileña, citó.
Uno de los hombres fuertes del Ejecutivo de Aguirre de aquella época fue Alberto López Viejo. Exconsejero, alto cargo del PP en diversas instituciones como el Ayuntamiento de Madrid e investigado también por una larga lista de acusaciones por haber trabajado codo con codo con el líder la red Gürtel, la fiscal Concepción Sabadell cuestionó a Crespo sobre López Viejo. Fue Correa, cerebro de la trama, quién implicó al expolítico popular por haber recibido dinero por adjudicar un contrato del Consistorio madrileño. “Yo jamás he entregado, lo digo para que conste así de claro, ni un céntimo al señor López Viejo”, contestó, por el contrario, un Crespo que aseguró haber coincidido “a lo sumo una o dos veces” con él. Y cuando lo hacían, era “exclusivamente en actos de la presidenta Esperanza Aguirre”. Es más, apuntó desconocer la procedencia de las iniciales A.L. anotadas junto a la palabra “consejero” en un documento del caso Gürtel.
Crespo, que en el transcurso de su segundo día de declaración mantuvo la línea argumental mostrada la jornada anterior de negar su implicación y achacar cualquier irregularidad a su exjefe, Francisco Correa, defendió no haber pagado “ni un céntimo jamás” a otros miembros destacados del PP de Madrid, como es el caso del exalcalde Jesús Sepúlveda, exmarido de Ana Mato, y al que conocía desde 1994 de su etapa en el PP de Galicia. También conoció al extesorero del partido Luis Bárcenas, con el que mantuvo una relación proveedor-cliente, dado que el Grupo Correa hizo muchos actos para los populares y él acudía a la sede de Génova a gestionar los cobros. “El señor Bárcenas es una persona muy eficiente, muy educada, que gozaba de un gran respeto”, señaló sobre la impresión que le daba, pero aseguró que nunca le pidió que hiciera gestiones para intermediar en adjudicaciones. “No me atrevería a pedírselas”, concluyó sobre un excargo popular que era “extraordinariamente riguroso” con las cuentas del partido y que no pagaba ningún tipo de servicio sin ver antes las facturas. - E.P.