pamplona - A día de hoy, la familia del pamplonés Joxe Miguel Etxeberria, Naparra, tiene pocas certezas. Una es que lo secuestraron en el sur de Francia en 1980, mientras Naparra permanecía oculto como dirigente de los Comandos Autónomos Anticapitalistas. La otra es que, poco después, el Batallón Vasco Español asumió la autoría de su secuestro y asesinato. Desde entonces, la familia se ha sumergido en una odisea judicial de 36 años que, parace que por fin, puede dar resultados. El testimonio que una fuente de la lucha antiterrorista proporcionó al periodista Iñaki Errazkin ha permitido reabrir el caso en la Audiencia Nacional.

Su hermano desaparece en 1980, nunca se investiga el caso a fondo y ahora, gracias a un testimonio, el juez de la Audiencia Nacional reabre el ‘caso Naparra’. ¿Cómo han sido estos 36 años?

-Han sido una lucha diaria. Es algo que al que no le pasa no se lo imagina: tú coge 365 días, multiplícalos por 36 años y tendrás todos esos días que hemos estado pendientes. Tienes otras cuestiones; tu vida, tus relaciones, tu trabajo... pero tienes siempre eso ahí. Pasas muchos dolores, tristezas, y euforias que quedan en nada cuando parece que se descubre algo más y queda en nada. Esto te machaca.

¿Han estado alguna vez tan cerca de conocer el paradero de su hermano?

-Creo que nunca hemos estado tan cerca. Hemos tenido que pelear 36 años, y mi padre no lo va a conocer. La ama ahí está... Lo primero es recuperar el cuerpo, que ya sería la hostia, y que él esté con nosotros. Pero con esto no se acaba el tema, no podemos conformarnos con eso. Tenemos que saber qué paso. ¿Quién? ¿Por qué? Esas son las preguntas que nos seguimos haciendo. Queremos saber la verdad, que haya justicia, reparación y compromiso de no repetición. Aquí ha habido violencias de muchos tipos, se han hecho cosas muy mal, y el Estado también tiene que asumir lo que ha hecho. Los funcionarios públicos no iban a su bola; tampoco los grupos incontrolados, ¿quién los manejaba? Habrá que saber toda la verdad.

¿Cuál sería la aspiración de la familia en todo este proceso? ¿Cree que la reapertura puede dar con los autores sentados en el banquillo?

-El duelo lo tenemos abierto: queremos saber. Si te digo la verdad, no creo que veamos a nadie sentado en el banquillo. Me parece un planteamiento muy remoto. Si encontramos el cuerpo, ahora habrá que investigar. ¿Qué tipo de investigación llevarían a cabo, hasta dónde investigarían, darían con los responsables?? Pues eso no lo sé. Una reparación para mí sería que alguien reconociese lo sucedido, que ese alguien dijese: mira, es verdad esto, esto y lo otro. No quiero sonar frívolo, y espero que se me entienda, pero cuando encontraron a Lasa y Zabala a mí me dio casi hasta envidia. Hemos pasado 36 años buscando: dos tercios de mi vida. Nadie me ha preguntado qué ha supuesto en mi vida todo esto.

¿Considera que han estado abandonados?

-No es que lo considere, es que tengo la certeza de que hemos estado abandonados. Hasta 2008, cuando el Gobierno Vasco introdujo a Joxe Miguel como víctima en algunos municipios no teníamos nada, ninguna versión oficial, ni mucho menos. Ahora con el cambio en Navarra las relaciones son fluidas también. Pero que hemos estado abandonados toda la vida es algo objetivo. Sólo se han preocupado por nosotros gente de alrededor, a la que estamos muy agradecidos. Familia, amigos, mi pareja, Amaia, han estado cerca. Y eso se agradece mucho. No sé si solos hubiésemos llegado tan lejos.

El día 26 de octubre declararán ante el juez Moreno el periodista Iñaki Errazkin, al que le llegó el testimonio trascendental, y el perito Paco Etxeberria. ¿Qué espera de esas declaraciones?

-Esa fecha es un logro importantísimo, pero ya sé qué van a decir ambos, no será nada nuevo para nosotros. Más que la declaración, de lo que tengo ganas es de que el juez de Mont de Marsan ordene el comienzo de los trabajos de búsqueda del cuerpo de Joxe Miguel. No tenemos fecha de comienzo, pero ya solicitamos en la comisión rogatoria que se hiciese a la mayor brevedad posible, y por lo que nos comenta Iñigo Iruin (abogado de la familia) hay disposición por todas las partes para no demorar el proceso.

¿Tienen algún temor a la hora de encontrar el cadáver?

-Muchas veces me lo he podido imaginar... y es que no quieres ni pensar en eso. No he sido capaz de ir a ver Lasa y Zabala. No he podido. Me pasa hasta cuando veo algunas películas de Tarantino: no puedo. Sabemos que le habrían hecho perrerías, o más que perrerías? mejor ni imaginárselo, lo sabremos al final, porque un forense como Paco Etxeberria cuando ve los restos ya tiene la lectura de lo sucedido. Pero mira, peor sería no encontrar nada, ningún resto. Ojalá encontremos el cuerpo, pero tenemos que estar también en el escenario contrario, a nuestra madre ya le estamos también preparando por si al final no encontramos nada, porque la hostia sería hermosa. Al final vamos a ser optimistas. Por lo menos, todo esto habrá servido para que la historia de Joxe Miguel no caiga en el olvido, para que la gente no diga simplemente: ¿A ver, quién era este? Hay que saber qué cosas pasaron y en qué circunstancias, porque el caso de mi hermano no es el único. Si con todo eso se recuerda a mi hermano y más cosas similares, pues para eso que habrá servido.