MADRID - El PSOE se reunirá mañana para poner fecha al Comité Federal en el que decidirá si se abstiene para dejar que gobierne Rajoy y evitar unas terceras elecciones generales. Hay resistencias internas en ese debate, aunque todo apunta a que se inclinará por la abstención. No obstante, también en ese punto afloran diferencias, porque hay quien defiende una abstención sin entrar a negociar y sin contrapartidas para después tener manos y libres y poder realizar una oposición muy dura que derogue leyes, mientras otros piden dialogar con Rajoy para garantizarse al menos un pequeño puñado de medidas sociales. Por lo visto, se está hablando del ingreso mínimo vital para los hogares con problemas de subsistencia, y un plan de choque para combatir el paro de larga duración, en especial, de los mayores de 52 años.

Esa segunda opción despierta recelos en amplios sectores del partido porque proyectaría la imagen de un pacto puro y duro con el PP, una negociación que podría convertirlo en una especie de socio de Rajoy y poner en bandeja a Podemos su discurso como única alternativa de izquierdas. También llevaría a que los socialistas se vieran condicionados en su labor de oposición y no ser tan severos al haber obtenido contraprestaciones por parte del PP.

Lo que sí parece decidido es la abstención porque, con independencia de que haya acuerdos o no con Rajoy, lo que sí está claro es que habrá un gobierno en minoría mucho menos oneroso que una mayoría absoluta que, a juicio del PSOE, estaría al alcance del PP si hubiera elecciones. - DNA