Berlín - El Gobierno alemán aprobó ayer un controvertido plan de actuación para grandes crisis, desde atentados terroristas a catástrofes naturales, así como agresiones cibernéticas, apenas un mes después de los dos primeros ataques yihadistas cometidos en su territorio.

El nuevo “Concepto de seguridad civil”, que llega a sugerir la reintroducción del servicio militar obligatorio y el acopio de agua y alimentos, busca asegurar la operatividad de la administración en una gran crisis, la protección de la población, la provisión de productos básicos y el apoyo ciudadano a las fuerzas de combate.

El ministro de Interior, Thomas de Maizière, presentó estas líneas de actuación tras varios días de especulaciones y polémica mediática y política en Alemania, y aseguró que se trata de un plan “razonable” y “proporcionado” para anticipar “escenarios catastróficos” que consideró no tan improbables. “Debemos prepararnos (...) para una gran crisis”, argumentó De Maizière, que subrayó que es “obligación del Estado prever” cómo actuar ante “todo tipo de amenaza”.

Entre las situaciones críticas que contempla este catálogo de medidas figuran los fallos prolongados en las redes de comunicación (transportes y telefonía) y de abastecimiento (agua, energía), así como posibles ataques terroristas y cibernéticos, crisis nucleares, biológicas y químicas, y grandes catástrofes naturales.

Los puntos que más polémica han generado son la petición general para que las familias acumulen provisiones para diez días para poder afrontar con reservas de alimentos y agua una crisis, y la sugerencia indirecta de que, en caso de conflicto en la frontera alemana, puede volverse a instaurar el servicio militar obligatorio. El programa llega a contemplar, para circunstancias excepcionales, que la ciudadanía aporte medios de transporte al ejército y que las empresas contribuyan a la puesta en marcha de infraestructuras para las fuerzas armadas.

El proyecto recibió luz verde apenas un mes después de la serie de ataques que sufrió Alemania, los dos primeros atentados yihadistas perpetrados en el país -en los que murieron sendos terroristas y una veintena de personas resultaron heridas- y el tiroteo de Múnich, en el que un joven próximo a la ultraderecha mató a nueve extranjeros.

De Maizière dijo ayer que la elaboración de las medidas lleva meses en marcha en su ministerio, que ha contado con el apoyo de todos los miembros del gabinete de Merkel, y que no guarda relación con la cadena de sucesos de julio. El ministro justificó el proyecto en la necesidad de actualizar el plan anterior, que se aprobó en 1995, en otro contexto histórico y político: “Las condiciones defensivas y tecnológicas han cambiado”.

El Partido Socialdemócrata criticó el momento elegido para lanzar el plan, al estimar que su presentación tiene un componente partidista. - Efe