MADRID - El Comité Ejecutivo Nacional del PP anunciará mañana con toda probabilidad su visto bueno a las exigencias que planteó Ciudadanos la semana pasada a cambio de dar su apoyo a Mariano Rajoy en una sesión de investidura. Tal y como se venía intuyendo en los próximas días, los dirigentes populares están dispuestos a ceder y a aceptar la seis condiciones de la formación naranja, aunque con una serie de observaciones y matizaciones a algunos de los requisitos. Según fuentes de Génova consultadas por Efe, el desenlace de la reunión del miércoles será un claro sí a las propuestas de C’s, por lo que Rajoy llamará sin más demora a Albert Rivera para fijar una nueva reunión.
Algunas de las seis condiciones de Rivera son fácilmente asumibles para el presidente en funciones: la supresión de los aforamientos y de los indultos a corruptos, la reforma de la ley electoral y la limitación del mandato del presidente del Gobierno a ocho años no conllevarían en principio gran dificultad. Sí son más complejas las exigencias referidas al propio funcionamiento interno del PP, como la expulsión del partido de los cargos imputados y la apertura de una comisión de investigación parlamentaria sobre el caso Bárcenas. Por ello, los populares se reservan una serie de apreciaciones sobre los puntos a tratar. “Se harán comentarios, como no puede ser de otro modo tratándose de un órgano autónomo y del partido más votado”, explican desde el Comité Ejecutivo. Estas observaciones no tumbarán en ningún caso las propuestas de Ciudadanos, sino que se enmarcan en el empeño de Mariano Rajoy por transmitir que su formación tiene algo que decir al respecto.
De cualquier manera, es muy probable que el presidente en funciones no anuncié todavía la fecha del debate de investidura. “Se sabrá unos días después”, aseguran en el PP, probablemente durante la cuarta semana de agosto. En este contexto, en Génova opinan que la votación se producirá durante la primera quincena de septiembre, aunque evitan concretar más, ya que Mariano Rajoy sigue dándole vueltas al calendario. “Rajoy es muy reticente a ir a un debate de investidura sin los apoyos suficientes, pero sabe que la presión al PSOE se va a redoblar hasta límites difíciles de aguantar”, explican fuentes de su ejecutiva.
Esta indecisión del líder popular motivó ayer críticas en las filas de Ciudadanos, que anunció que no se sentará a negociar los Presupuestos de 2017 con el PP hasta que Rajoy dé el paso adelante y convoque la sesión de investidura. El vicesecretario general de la formación naranja, José Manuel Villegas, da prioridad a “que haya Gobierno” y un acuerdo sobre “el techo de gasto”, antes de entablar conversaciones sobre las cuentas del próximo año. “Cada momento lleva lo suyo. Aún no toca negociar sobre presupuestos”, aclaró. Se trata de un tema delicado por los compromisos adquiridos con Bruselas y el endiablado calendario que pone casi imposible su aprobación después de septiembre si se quiere cumplir con la UE. El proyecto de ley presupuestaria tendría que llegar al Congreso antes del día 30 de dicho mes, lo cual es extremadamente complicado cuando todavía no hay una fecha clara para investir a un candidato. En consecuencia, los de Albert Rivera presionan para que se aceleren las negociaciones para formar un Ejecutivo y satisfacer así las demandas de la Comisión Europea.
El PSOE también incrementó ayer sus reproches al presidente en funciones y le emplazó a que comience a resolver los asuntos pendientes para su investidura. Según el secretario de Política Federal socialista, Antonio Pradas, Mariano Rajoy ha estado “en Babia durante bastantes días” cuando “tiene encima de la mesa” la propuesta de Ciudadanos. En ese sentido, Pradas criticó que el líder del PP se permita “el lujo de irse unos días de vacaciones” en lugar de estudiar “una oferta de otra fuerza política que le puede dar prácticamente la posibilidad de conseguir un Gobierno”. “Se tiene que poner a trabajar con seriedad porque es lo que están esperando los españoles para poner en marcha este país que, lógicamente, se está resintiendo ya con esta incertidumbre”, concluyó.
MAYORÍA ALTERNATIVA Por su parte, el coordinador general de IU, Alberto Garzón, insiste en explorar una vía que bloquee un nuevo Gobierno del PP. “Hay que hacer más esfuerzo en buscar una alternativa a Rajoy, que impida las terceras elecciones pero que cristalice en un Gobierno alternativo”, explicó. “Aunque Ciudadanos y PSOE aceptan y se han resignado a que Rajoy pueda ser el siguiente presidente, todavía no hay nada escrito”. Para Garzón, la solución sería un Ejecutivo presidido por Pedro Sánchez con el apoyo de Unidos Podemos y pactos puntuales con fuerzas como el PNV o ERC.
El líder que IU aseguró que se trataría de un Gobierno “que puede contar con mucha simpatía en el Parlamento y que, seguramente, cuente con más simpatía todavía en la calle, porque Rajoy es, precisamente, no solo el político peor valorado sino el responsable de la corrupción y de los recortes”. Alberto Garzón cree que esta alternativa sería una solución a la encrucijada en la que se encuentran los socialistas. “Tienen tres opciones: caminan hacia las terceras elecciones, apoyan al PP de una forma directa o indirecta o inician un camino propio de negociaciones con otras fuerzas políticas para que Pedro Sánchez pueda contar con más apoyos que Rajoy”.
Garzón reiteró que, si el líder del PSOE quiere intentar formar Gobierno, tendrá a los miembros de Izquierda Unida “como potenciales aliados, incluso como mediadores en cualquier negociación que haga falta, con tal de evitar que Rajoy y Ciudadanos puedan ser los que gobiernen este país”.