Pese a la campaña que mantienen PP y Ciudadanos para que los socialistas cambien el sentido de su voto y se abstengan facilitando la investidura de Rajoy, pese a la campaña interna que en este mismo sentido están protagonizado viejas glorias del PSOE como Felipe González, Alfonso Guerra o José Luis Rodríguez Zapatero, pese a las declaraciones de barones territoriales como el presidente extremeño Guillermo Fernández Vara o el aragonés Javier Lambán. Pese a todas esas voces que reclaman del PSOE una abstención por responsabilidad y para evitar unas terceras elecciones, la dirección socialista sigue enrocada en su posición. Lo dijo el pasado viernes Antonio Hernando, portavoz socialista en el Congreso, “nada ha cambiado. Si alguien quiere abrir el debate que lo lleve al Comité Federal, pero no hay ningún dirigente socialista que quiera ahora indultar a Rajoy”. ¿Por qué Sánchez insiste -por lo menos de momento- en ese no a Rajoy?

Quiere seguir al frente

El PSOE tiene pendiente desde febrero la celebración de su Congreso. Sánchez lo aplazó hasta que se desatasque la situación política en el Estado. Tras dos años al frente del partido, quiere seguir liderando la formación de Ferraz, porque, según ha señalado, “aún queda mucho trabajo por hacer”. De entrada su máxima rival sería la presidenta andaluza, aunque Susana Díaz sigue sin aclarar de forma rotunda que esté dispuesta a tomar el AVE en Santa Justa en dirección a Madrid.

Los máximos valores de Pedro Sánchez en el Comité Federal son los secretarios generales de los socialistas de la CAV, Baleares, Madrid y Catalunya -Idoia Mendia, Francina Armengol, Sara Hernández y Miquel Iceta- , y todos ellos son contrarios a facilitar la investidura de Rajoy. Son quienes le podrían apoyar en el Congreso socialista ante una posible confrontación con Susana Díaz por la dirección del PSOE.

¿Líder de la oposición?

El PSOE salvó en los pasados comicios del 26 de junio lo que todos los sondeos -al final equivocados- daban como algo hecho, el sorpasso de Podemos. Los socialistas, pese a bajar en votos y en escaños, lograron mantener la segunda posición por delante de la formación morada. Pablo Iglesias, que entonces reconoció que los resultados eran un varapalo para Podemos, quiere convertirse en el líder de la oposición. De la misma manera que desde la formación morada se insiste en que Sánchez debe intentar un gobierno alternativo, por activa y por pasiva también han señalado que en el caso de que el PSOE finalmente se abstenga posibilitando de este modo un Ejecutivo del PP, los socialistas perderían la autoridad moral para considerarse la oposición en el Congreso. Los dirigentes socialistas no están por la labor de ceder ese protagonismo a Pablo Iglesias.

Los siguientes comicios

Sin estar aclarado el panorama estatal, el próximo 25 de septiembre están convocados los comicios autonómicos en Galicia y en la Comunidad Autónoma Vasca. Aunque, a priori, al PSOE no le auguran buenos resultados en estos comicios, facilitar la gobernabilidad de Mariano Rajoy le haría perder votos en estas dos comunidades, votos que, en muchos de los casos, podrían nutrir a Podemos.

Con estos dos frentes abiertos a corto plazo, desde Ferraz no quieren dar más bazas a sus rivales políticos.

Desde las elecciones de 1977, las primeras tras la dictadura franquista, todos los candidatos que se presentaron a un debate de investidura lograron salvarla. Pedro Sánchez ha sido el único que ha visto como la Cámara Baja rechazaba su candidatura. Desde los mentideros políticos se señala que el líder socialista no quiere pasar a la historia por este hecho y está dispuesto a que Rajoy, por lo menos en un primer debate, pruebe de la misma medicina.

¿Existe alguna opción?

Tras el encuentro con Felipe VI y la reunión mantenida con Mariano Rajoy, Pedro Sánchez aseguró que es la hora del líder del PP y que debe ser él quien intente formar gobierno. El secretario general del PSOE, además, instó a Rajoy a llegar a acuerdos con las fuerzas de derecha comenzado por Ciudadanos. Sin embargo, y pese a mostrarse sumamente crítico con la actitud mantenida por Podemos, Sánchez no renunció de forma taxativa a la posibilidad de conformar un gobierno alternativo. Dentro del PSOE son muchos los que le animan a intentarlo en el caso de un fracaso de Rajoy, para lo que sería clave que el PSOE se mantenga en su no. Sánchez, no obstante, es consciente de las dificultades que entraña esta opción.