donostia - ¿Cuáles son las claves del curso de la UPV/EHU que arranca hoy en el Palacio Miramar?
-El punto de partida es un evento histórico, el 7 de octubre de 1936, cuando se formó hace 80 años, en plena Guerra Civil, el primer Gobierno Vasco en Gernika, dirigido por el lehendakari José Antonio Aguirre. Consideramos que es una fecha clave no solo en la historia de Euskadi, sino también en la actualidad y el futuro, porque podemos sacar unas cuantas conclusiones y análisis de esta historia. Partiendo de ahí, nuestra idea era hacer un análisis histórico sobre el significado de aquel evento, pero a través del tiempo, para llegar a nuestros días. Si se da cuenta, últimamente los partidos debaten en una ponencia del Parlamento Vasco qué tipo de autogobierno quiere o necesita Euskadi para afrontar los retos del siglo XXI en el mundo globalizado. Es la misma pregunta, pero en otro contexto, que la que se hizo Aguirre en el 36. Hacemos un recorrido desde la Guerra hasta la globalización, de ahí el título del curso, para incluso discutir sobre cuestiones de qué nos dice la historia, qué podemos aprender para nuestros problemas actuales.
Intuyo que muy marcado por el contexto histórico, pero ¿qué evolución ha tenido el Gobierno Vasco estos 80 años?
-Lo que podemos constatar en primer lugar es que en ese momento, por eso en mi primera ponencia del curso lo subrayaré, el 7 de octubre de 1936 Euskadi aparece como actor político español e internacional. Antes había instituciones forales en las provincias, esa mentalidad e identidad particularista en el País Vasco, basada en rasgos culturales y lingüísticos, pero con la creación de ese primer Gobierno Vasco, se institucionaliza el autogobierno, la creación de un primer aparato burocrático aunque fuera muy rudimentario y el núcleo de otras instituciones como la UPV, la Ertzaintza, etc. Es una institucionalización de esa idea de colectividad nacional que tiene buena parte de la sociedad vasca de entonces. Esto se ha ido desarrollando y se ha topado con muchos problemas de diferente índole. Será una de las preguntas que les haremos a los exlehendakaris: qué problemas ha habido, cuáles han sido los logros y cuáles han sido los fracasos. Unido a ello, cómo deberíamos formular las necesidades del autogobierno futuro.
¿Cuáles son las coincidencias entre aquel primer Gobierno Vasco y el actual?
-Más que un análisis comparativo de ambos gobiernos, que es muy complicado porque el contexto ha cambiado totalmente, subrayaría unas conclusiones que se pueden sacar atendiendo las circunstancias del 36 y que hoy son válidas. En primer lugar, destacaría el hecho de que, como mostraron Aguirre y sus consejeros de diversos partidos políticos, emitieron el mensaje simbólico de que el autogobierno no puede ser de imposición unilateral de alguien, sino el resultado de la negociación, del acuerdo, del convenio y del respeto entre diferentes. En el Gobierno de Aguirre confluyeron diversas identidades e ideas políticas, de ahí se consiguió un consenso para desarrollarlo.
¿Y en segundo lugar?
-El autogobierno no es un capricho identitario de un partido político u otro, sino que es un instrumento para la sociedad vasca en general. Tal y como hizo Aguirre en su día, el autogobierno estaba estrechamente vinculado a la reivindicación de la democracia, la lucha contra los generales sublevados y a favor de implantar la justicia social en la sociedad vasca. Es un mensaje que hoy en día tiene pleno valor.
Cada vez más sectores plantean la necesidad de una reforma de la Constitución a nivel del Estado. ¿Percibe esta misma sensación en la CAV si nos referimos al autogobierno vasco y el Estatuto?
-Hay un consenso bastante amplio que, después de tantos años ya de la aprobación del Estatuto de Gernika, hay cosas que hay que ajustarlas a un contexto cambiante y nuevo que no teníamos en el 79. Ese amplio consenso existe, pero lo que no existe es el consenso en la pregunta de hacia dónde ir y en qué sentido reformar el tipo de autogobierno, el Estatuto en su caso, en Euskadi. Uno de los objetivos del curso, por eso hemos invitado a expertos del extranjero, será reflexionar en torno a esa pregunta: qué debería significar el autogobierno vasco en el siglo XXI, un siglo globalizado y en un contexto europeo e internacional. La pregunta que me hace se planteará en diferentes ponencias y veremos qué propuestas podemos conseguir de ahí.