madrid - Mariano Rajoy tiene prisa por cerrar los acuerdos que le permitan la investidura. No quiere que se dilate el proceso como ocurrió tras el 20-D con la larga y fallida intentona de Pedro Sánchez mientras él miraba desde el tendido. El presidente del Gobierno español en funciones aseguró ayer que comenzará a hablar hoy mismo con los partidos políticos para sondear el apoyo o no a su investidura. Pretende acelerar el proceso ahora que la presión ambiental es contraria a una nueva repetición de las elecciones y hace más difícil que no se facilite la creación de un gobierno.

Esperará lo justo para meterse en faena. De entrada, ha tomado la iniciativa y ni siquiera ha esperado a que el rey, en tanto que candidato a presidente más votado, le encargue la tarea de formar gobierno. Su impaciencia le ha llevado a no esperar a la constitución de Las Cortes el 19 de julio para ver por dónde da el aire al resto de los partidos. Rajoy justifica su premura en la necesidad de un gobierno después de una interinidad que ya acumula siete meses y que en el mejor de los casos sumará otro o dos más.

En todo este tiempo no se ha presentado un solo proyecto de ley y tampoco se han podido atender nada más que las contingencias del día a día -salvo, en el caso de Euskadi, los recursos contra algunas decretos o leyes de los Gobierno y Parlamento Vasco-. Y siguen en pie las advertencias de Europa en materia económica y de déficit, con amenaza de sanción millonaria al Gobierno español incluida.

Rajoy no precisó con quién empezará su ronda de contactos, aunque es de prever que arrancará con Pedro Sánchez por aquello de ser el más votado de sus rivales. Posteriormente con Albert Rivera y luego con los partidos pequeños que entren en sus cálculos. Pablo Iglesias no entra en sus planes. El presidente en funciones informó de sus intenciones en la conferencia de prensa que ofreció al término de la reunión en Bruselas de veintisiete Estados miembros de la UE para analizar el impacto del Brexit en la que volvió a defender un gobierno de amplia base parlamentaria para garantizar las reformas que cree que necesita el Estado español.

Aseguró que en su primera fase de negociación espera conocer la disposición de otros líderes a llegar a un acuerdo y, a partir de ahí, si ve una “buena disposición” el Partido Popular nombrará una comisión negociadora para hablar con los demás. Asume que, con 137 escaños que tiene el PP tras las elecciones del domingo pasado, sobre un total de 350, no puede pretender aplicar “al cien por cien” sus propuestas. “Lo más razonable”, subrayó Rajoy, es que este proceso de negociaciones se haga con “la mayor celeridad posible” y “todos” los implicados, incluido él, deben ser “rápidos, diligentes y constructivos”.

El líder del PP busca en este diálogo, que empezará a impulsar a partir de hoy, llegar a un acuerdo que permita un gobierno “con amplia base parlamentaria para cuatro años”, que dé “seguridad, certidumbre y confianza” en un momento en el que España afronta retos importantes. Retos entre los que citó las negociaciones en Europa sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), así como la necesidad de consolidar la recuperación y continuar con el crecimiento de empleo. Todo esto hace que sea necesario, a juicio de Rajoy, que se constituya a la mayor rapidez un gobierno “estable”.

comisión negociadora No obstante, reiteró su intención, si no hay un acuerdo para un gabinete de coalición, de gobernar en minoría y hacerlo “con los votos y los apoyos que nos han dado los españoles”, añadió. A partir de hoy Rajoy iniciará estos contactos para ver primero la “disposición de cada uno”. Una vez conocida esa disposición, y si ve posible dicho acuerdo, se nombraría una comisión negociadora. Rajoy admitió que no piensa incidir en los aspectos en los que los partidos son “radicalmente diferentes”, sino que se centrará en aquellos en los que puede haber entendimiento.

Señaló así que el documento con cinco grandes acuerdos que propuso -relativos a economía, proyecto europeo, sistema de bienestar social, educación o lucha contra el terrorismo- tras las anteriores elecciones de diciembre está plenamente en vigor y no hay “ninguna razón para modificarlo”. - H. U.