donostia - “Cuando estuvo preso, Mandela dio pasos, incluso sin contar con el resto de sus compañeros presos, y llegó a la negociación pero Arnaldo Otegi en Loiola podía haber hecho las cosas de otra manera pero no las hizo”. La exmiembro de ETA y una de las protagonistas de la denominada vía Nanclares Carmen Gisasola evitó ayer establecer ninguna comparación entre el líder sudafricano, el actual secretario general de Sortu y su papel en las conversaciones previas al atentado de Barajas en 2006 cuando fue cuestionada al respecto. Más aún, consideró que Mandela y Otegi representan “las vías contrarias”.

Durante la presentación del libro Nanclares vis a vis. Cara a cara con la disidencia de ETA en el que el periodista de Deia Humberto Unzueta recoge tres entrevistas en profundidad con presos que participaron en esta vía así como otros testimonios, Gisasola consideró que el candidato in pectore de EH Bildu a lehendakari podía haber contribuido al cambio de estrategia de su sector antes.

Él mismo se pronunció en este sentido, aunque evitó dar una fecha el lunes en Euskadi Irratia. Para Gisasola ese antes se situaría como mínimo en Loiola, ya que en la mesa de diálogo en la que se sentaron la propia Batasuna, el PNV y el PSE el entonces portavoz de la izquierda abertzale “podía haber hecho las cosas de otra manera, pero no las hizo”.

Gisasola también se refirió a los últimos pasos anunciados por el conjunto de la izquierda abertzale y más en concreto los dados por encausados como los del macrosumarios de Segura, que acusadas de integración en organización terrorista aceptaron condenas inferiores a dos años para evitar su ingreso en prisión.

Se trata de un acuerdo “interesante” en palabras de Gisasola, que al mismo tiempo advirtió de que dicha sentencia “no vale para otros presos, sino únicamente para ellos”. En este sentido, y a preguntas de los periodistas, afirmó que desde que el PP llegó al Gobierno español en diciembre de 2011 “las cosas están como están” en torno a vías de reinserción como la de Nanclares, para las que el Ejecutivo presidido de Mariano Rajoy ha supuesto “un obstáculo”, pero también señaló de que “hay resquicios que se pueden aprovechar y dar pasos”.

Gisasola se refirió así a los vericuetos legales y jurídicos que están a disposición de los reclusos, aunque no en todos los casos. La exmiembro de ETA denunció que hay reos de la denominada vía Nanclares que “tienen todos los requisitos legales para salir pero no han salido”.

No quiso entrar a valorar si un cambio de gobierno en Madrid facilitaría la resolución de la cuestión penitenciaria, de la que no se sintió “vanguardia” junto a sus compañeros de Nanclares, aunque sí consideró que abrieron “un camino, porque antes no se hablaba ni de permisos, todo eso era tabú”. Lo hicieron, según explicó, desde tres premisas, la convicción de que la violencia armada “se tenía que terminar”, que se debía aprovechar la legislación penitenciaria y, en tercer lugar y casi como consecuencia, recuperar la libertad individual para decidir por sí mismos “porque en años dependimos de lo que se nos decía desde fuera”.

“Buena influencia” Junto a Gisasola y Humberto Unzueta compareció el secretario general de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, Jonan Fernandez, que defendió la reinserción y la resocialización como un “principio constitucional, gobierne quien gobierne”.

Sobre la vía Nanclares señaló que en el futuro será considerada como “una de las buenas influencias que suman en el conjunto de buenas influencias” que deben darse en un “caso coral, como es el vasco” en contraposición del proceso sudafricano -donde destacó el liderazgo de Mandela-, para llegar a estado de “paz y convivencia”.

El autor del libro (publicado por Erein en versiones en euskera y castellano) explicó que recibió el encargo por parte de Fernandez y recoge tres entrevistas en profundidad así como un relato de los hechos y documentación anexa. Unzueta subrayó que se trata de una obra “reposada y con matices”. Aunque Gisasola rechazó el término, para Unzueta son “la vanguardia de lo que ahora desde la izquierda abertzale, el EPPK y la propia ETA propugnan, aunque de momento no se ha concretado”.