Vitoria - La celebración de elecciones autonómicas este año en la CAV y la fecha en la que finalmente tendrán lugar, si en octubre cuando corresponde o el 26 de junio para hacerlas coincidir con las generales -si es que estas se celebran finalmente-, añade un elemento más de incertidumbre al complicado escenario político. De apostar el lehendakari Iñigo Urkullu por un adelanto electoral, uno de los mayores temores es que la campaña estatal se coma a la vasca, una posibilidad en la que cree el doctor en Sociología David Díez Llamas porque “lo que prima todos los días en los medios de comunicación son noticias del Gobierno de Madrid”.
Con esta visión coincide Jon Urresti, de Gizaker, ya que “la población vasca está cogiendo información del día a día sobre todo de la televisión y los canales españoles. Por tanto, lógicamente el ámbito vasco va a quedar muy atrás”, algo que ya sucedió, recuerda, en las generales del año pasado, donde “Euskadi prácticamente no pudo sacar nada la cabeza en los debates y en la campaña del 20-D”. Aprecia, eso sí, aspectos positivos y negativos en hacer coincidir ambas citas con las urnas: entre estos últimos, el mencionado “eclipse de España hacia lo vasco”, aunque “no son unas elecciones como las de diciembre, sino una repetición, y por tanto la gente puede estar más cansada”. Como positivo, Urresti cita “el ahorro de costes y que los partidos políticos se dediquen a buscar el bienestar de la sociedad y no a estar en campaña todo el año”. Además, si las autonómicas tienen lugar en junio “tienen todo el verano para formar un Gobierno Vasco que empiece a trabajar en septiembre”.
Sobre esta cuestión, José Pablo Ferrandiz, de Metroscopia, destaca que “hacer coincidir las autonómicas con las generales daría más fuerza a Podemos, que le está comiendo bastante terreno a la izquierda nacionalista”. Por ello, según él esta posibilidad “tiene sus ventajas e inconvenientes dependiendo del partido”. - C. C. B.