Calificada de “importante” por Podemos, la tercera cita de su ronda de contactos con las fuerzas políticas vascas constató una realidad palpable. Pese a las coincidencias que comparten en la agenda social, el PSE marcó distancias con un partido emergente del que actualmente le separan varios escollos. No son otros que la inclinación al “lado nacionalista” que vendría mostrando, la “defensa a ultranza del derecho de autodeterminación llamado ahora derecho a decidir” y la reiteración de la “teoría del conflicto”, “tildándonos de nostálgicos de la violencia a nosotros, que precisamente hemos sido los que más hemos padecido la violencia terrorista”, tal y como apuntó la líder socialista Idoia Mendia. Compartiendo caladero de votos por la izquierda y con una campaña electoral en ciernes, el cónclave escenificó las encontradas posiciones que mantienen.

Más ocupados en “ocupar el gobierno” para dejar de lado los “problemas de la gente”, Mendia afeó que Podemos persiga desalojar al PNV sin saber “para qué”. Se trata, sentenció, de una misma estrategia que lleva a cabo en la CAV y en el Estado. “Yo también quiero ganar la Lehendakaritza y liderar Euskadi” para hacer “políticas diferentes”. “Ya las estamos haciendo desde la oposición, como ya hicimos cuando estuvimos en el Gobierno Vasco”, incidió, para ahondar en que la cuestión identitaria es la que mayores trabas genera para una hipotética alianza postelectoral que, en todo caso, debe pasar antes por el examen de las urnas. Los socialistas no se cierran puertas a “establecer colaboraciones en políticas concretas”, pero así será si la premisa es “ayudar a los que están sufriendo los embates de la crisis económica” y sostener los servicios públicos.

La búsqueda de acuerdos en ambas materias durante la última legislatura se ha dado en ocasiones “con el PNV y otras con Bildu”, si bien los socialistas vascos aspiran a profundizarlas. El camino por el que no transitarán será el de los “derechos nacionales, que no dan de comer a la gente”. “Primero tienen que venir las elecciones; creo no hay que adelantar acontecimientos”, remarcó, sobre una hipotética alianza a futuro entre Podemos y PSE. Y, en segundo lugar, “no sé qué quieren hacer” además de quitar al PNV de su posición hegemónica en las instituciones. “A los socialistas no nos importa tanto con quién acordamos, sino para qué acordamos”, se refirió sobre el proceder del partido de los círculos. “No estamos por los sillones ni en ahondar en políticas identitarias”, dijo.

Diferente fue el tono empleado por Nagua Alba, la secretaria general de Podemos Euskadi, a la salida de la reunión. Con un “mapa político completamente nuevo” a cuando arrancó la legislatura hace cuatro años, la formación tendió la mano a un PSE que hasta ahora ha apostado por “acuerdos en sentido continuista” con el PNV, pero que en breve tendrá “vías nuevas y diferentes” para mirar “hacia otro lado y apostar por el cambio”. Asuntos sociales, de empleo, de paz y convivencia o la cuestión territorial fueron los temas tratados, si bien Alba reflejó que existieron “diferencias”. Pero el mensaje a lanzar a los socialistas era otro. “Está en su mano decidir el camino: si por el del continuismo sustentando al PNV o por un gobierno alternativo que de verdad apueste por poner las necesidades de la ciudadanía sobre la mesa. Si optan por el camino del cambio, allí nos podemos encontrar”, resumió.