donostia - Había expectación por conocer el discurso de Podemos ante su primera llamada a celebrar el Aberri Eguna y la respuesta a esa convocatoria. El discurso se movió entre la defensa de su legitimidad para celebrar este día, su visión “social, plural e inclusiva” de Euskadi, el esbozo de una propuesta articulada en seis ejes sobre los que debatir un nuevo acuerdo de convivencia para la sociedad vasca y críticas a la gestión del PNV. La secretaria general, Nagua Alba, fue la encargada de leer el discurso bajo la sombra de la Paloma de la Paz de Basterretxea y junto a un panel morado con la consigna, en euskara y castellano, de la jornada: Nuestra patria es la gente.
Más allá del contenido político del discurso, llamó la atención el uso de la palabra “patria” como aglutinador de la sociedad vasca a la que se dirige Podemos. Ni país, ni nación fueron términos empleados para referirse a Euskadi y, en ningún caso, hubo mención de Euskal Herria ni a los distintos territorios en los que está dividida administrativamente. De hecho, además del Aberri Eguna, Podemos se comprometió a repetir un acto como el de ayer el 25 de octubre, aniversario del Estatuto de Gernika (“como un punto de partida, no de llegada”), y el 7 de octubre, día en el que se constituyó el primer Gobierno Vasco “para recordar que no siempre el Estado español fue un muro de contención para la voluntad de la ciudadanía vasca”, justificó Nagua Alba.
La convocatoria reveló también la distancia que existe entre su fuerza electoral y demoscópica, con una intención de voto de cara a las autonómicas cercana a la de la primera fuerza, y su escaso músculo movilizador, al menos por lo visto en la jornada de ayer. Poco más de medio centenar de personas acudieron a la cita, entre ellos miembros de la dirección vasca como Lander Martínez, Eduardo Maura o la propia Nagua Alba. Alguna que otra ikurriña y una bandera republicana exhibida por un seguidor de la formación que sólo se vio en los albores del acto.
citas de atxaga Nagua Alba abrió y cerró su intervención, en la que entremezcló euskara y castellano, con sendas citas de Bernardo Atxaga. La secretaria general defendió la legitimidad de su formación a celebrar el Aberri Eguna, consciente del escepticismo y extrañeza con la que ha sido acogida la decisión. “Se equivocan quienes monopolizan la patria y los símbolos que son de todos y todas”. Negó que la convocatoria fuera una “osadía” y, en cambio, sí “afán de convivencia”. Negó también el cálculo electoral. Y enmarcó la celebración del Aberri Eguna como una muestra de la “determinación y compromiso” de Podemos por explicar “un proyecto de convivencia inclusiva para toda la pluralidad de sensibilidades, identidades y sentimientos e identificaciones nacionales”.
A juicio de Podemos, Euskadi necesita un nuevo acuerdo de convivencia que pasa por el debate de “seis ejes”. En primer lugar, el derecho a decidir, porque “no puede haber un techo inmutable a la voluntad democráticamente expresada de la ciudadanía”. El acuerdo para la convivencia que defiende Podemos requiere también un “blindaje de los derechos sociales”; un “encaje territorial” para lograr instituciones transparentes, cercanas y participativas; un compromiso con los derechos humanos de cualquier proyecto político; la asunción del pluralismo político y social como un bien a preservar; y un compromiso “de una vez por todas” con el euskara, “patrimonio común” de la toda la sociedad.
contra el pnv El discurso de la casta que ha distinguido a Podemos también se escuchó ayer en el Aberri Eguna. “Nada hay más abertzale” que defender los intereses de la gente que no son “elite”, proclamó Alba, al tiempo que acusaba al Gobierno Vasco, al que situó en el mismo plano de responsabilidad que Bruselas y Madrid, de convertir en rehenes de su “injusta gestión de la crisis” las necesidades e inquietudes de la gente común.
No faltó el recuerdo solidario para los trabajadores de ArcelorMittal (“Aurrera Arcelorreko langileak”) y un guiño a las necesidades de la Margen Izquierda. “No tiene sentido celebrar tu patria si no cuidas el empleo y si no estás a la altura de tu deuda histórica” con esa comarca de Bizkaia. Sin poner siglas aunque en una indisimulada acusación al PNV y a su gestión de la administración, Alba remató su discurso señalando que “no es creíble un proyecto de pueblo que pone al servicio de unos pocos las instituciones de todos y todas, o que las enmaraña en oscuras redes clientelares”.