bilbao - El PNV aprovechó la celebración del Aberri Eguna para proclamar y anunciar a sus seguidores que Iñigo Urkullu será el candidato a lehendakari de los jeltzales de cara a las elecciones autonómicas que, previsiblemente, se celebrarán en otoño. La decisión no pilla de sorpresa a nadie pero fue una de las novedades destacadas del acto de ayer en la Plaza Nueva de Bilbao. El nombre de Urkullu se añade así al de Idoia Mendia como aspirante a presidir el Gobierno Vasco, a los que habrá que sumar los de Arnaldo Otegi, si finalmente da el paso y atiende al clamor de las bases de la izquierda abertzale; el del ministro en funciones Alfonso Alonso, pendiente de confirmación a la espera de lo que ocurra en la investidura del nuevo presidente español; y el o la cabeza de cartel que presente Podemos, entre los que suena el nombre de la jueza del TSJPV, Garbiñe Biurrun.

Fue el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, el que realizó el anuncio y desveló que, en una reunión exprés celebrada ayer por la mañana, la ejecutiva del partido revalidó la candidatura de Urkullu. Ese fue su primer mensaje en el discurso ante la parroquia jeltzale reunida en la Plaza Nueva, en el que señaló que “hoy es un día especial” y que Urkullu, “una persona especial”, será proclamado el 7 de mayo, aunque formalmente a partir del 6 de abril los militantes pueden proponer otros candidatos, algo que es poco probable.

La designación de Urkullu como candidato a lehendakari pone negro sobre blanco lo que ya es palpable en la vida política vasca, ya que todos los partidos han puesto a trabajar desde hace tiempo sus maquinarias electorales con la vista puesto en las elecciones de otoño, con la prevención de que la situación política española -abocada a una repetición de los comicios en junio- pueda también precipitar un adelanto electoral en Euskadi, cuyo encaje en el calendario se antoja muy difícil si no es haciéndolo coincidir con la cita electoral en España. El mismo Ortuzar se encargó de insinuar esa posibilidad al referirse a la “inestabilidad política” que generaría también en Euskadi la repetición de las elecciones generales.

Lanzada la precampaña electoral, los partidos afinan sus estrategias y mensajes en medio del desconcierto generado por la incertidumbre de lo que vaya a ocurrir en Madrid. El del PNV pivota en torno a la gestión realizada al frente del Gobierno Vasco y los mantras de la estabilidad, el diálogo y la bilateralidad en la relación con el Estado español, con quien se abre a negociar y acordar lo que ya se conoce como la agenda vasca. “Estamos cumpliendo nuestros compromisos. Euskadi crece, Euskadi crea empleo, invierte y colabora, es integradora y solidaria con quien más lo necesita”, aseveró el lehendakari.

Al margen de los retos sociales y económicos, Urkullu reiteró la necesidad de dar respuesta a la “demanda social” existente en Euskadi de un nuevo estatus político que actualice el actual modelo de relación con el Estado español. “No hablamos de líneas rojas -precisó-, hablamos de diálogo y entendimiento, de negociación y acuerdos”. Y en este punto acuñó un nuevo concepto a añadir al diccionario político vasco: el de la confederación de los Estados vascos (de los territorios históricos) de cuya suma resulta “más Estado vasco”. Lo explicó así a la concurrencia: “Es el ejemplo de la soberanía compartida. Desde la fórmula de los Estados vascos a más Estado vasco. Desde la interdependencia a más soberanía. Es la esencia de un nacionalismo cooperativo, colaborativo, inclusivo en un marco complejo de soberanías superpuestas en sociedades plurales como la nuestra”.

Estos serán los planteamientos básicos que el PNV pondrá sobre la mesa en los próximos meses de precampaña para confrontarlos con el resto de los partidos en liza. Una contienda que ya se adivina en los mensajes cruzados que se dirigen los unos a los otros y que también tuvo su reflejo en los discursos de ayer de Ortuzar y del propio Urkullu. Los mensajes son tanto más explicitos y críticos cuando se trata de oponentes con mejores perspectivas demoscópicas en los sondeos que se van conociendo en las últimas semanas, que apuntan a Podemos como principal adversario del PNV, seguido de EH Bildu aunque a bastante distancia. Urkullu no citó expresamente a Podemos aunque lanzó varias alusiones señalándolos como “catastrofistas” o predicadores de “una arcadia feliz” o de “nuevas formas de hacer política y a los pocos meses constatamos las maneras de centralismo democrático propios de épocas pasadas”, referencia esta última a la destitución fulminante de Pablo Iglesias al número tres de su partido Sergio Pascual, responsabilizándolo de la crisis orgánica del partido en Madrid.

Fue la única alusión en clave de crítica al resto de los partidos con los que se medirá estos meses para buscar el voto. No en vano, todavía le resta el tramo final de la legislatura en el que espera dejar atadas en el Parlamento Vasco varias leyes, entre otras la Ley Municipal, consensuada con EH Bildu.

Candidatos. El 5 de abril, las ejecutivas de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba remitirán al EBB sus propuestas, que las aprobará y las remitirá a las juntas locales.

Votaciones. Las bases votarán en primera vuelta (hasta el 20 de abril) y en segunda vuelta (hasta el 4 de mayo). Las asambleas territoriales las aprobarán el 5 y 6 de mayo y pasarán por último a la Asamblea Nacional el 7 de mayo.