barcelona - Al igual que el río Guadiana, el debate sobre la lista electoral conjunta del independentismo catalán acostumbra a aparecer y desaparecer periódicamente en la escena política en función de las circunstancias y de las previsiones de las encuestas. De las dos partes interesadas, Convergència y ERC, siempre ha sido la primera la más entusiasta y la que ha empujado a favor de la confluencia, mientras que los republicanos han recelado para no ceder perfil de izquierdas y por temor a verse salpicados por las acusaciones de corrupción contra sus socios. Tras haberse presentado conjuntamente a las elecciones catalanas de septiembre con la lista Junts pel Sí, y tras haber roto la alianza ante las generales de diciembre, ayer fue Convergència nuevamente quien llamó a acudir juntos a las urnas en el caso de que se repitan los comicios en el Estado ante la falta de acuerdo para proclamar al próximo presidente español. La propuesta serviría para insuflar nuevas fuerzas al proceso, recuperar la movilización y combatir el ascenso de En Comú Podem, que triunfó en las generales.

El diputado de DiL (Convergència), Francesc Homs, presentó la propuesta como una idea de su cosecha y no una posición de partido. En una entrevista con Europa Press, argumentó que la lista, que sumaría representantes civiles como Junts pel Sí, podría superar los 17 escaños que ahora tienen los dos partidos y vaticinó que superarían los veinte, lo que a su vez les brindaría mayor fuerza en las negociaciones de investidura, donde hasta ahora han pedido un referéndum de independencia. Apostó por escenificar a través de ese acuerdo el contraste entre el fracaso de la política española y el triunfo catalán.

El problema estriba en que esa fórmula podría dar un cariz plebiscitario a los comicios, una votación a favor o en contra de la vía independentista. El riesgo para el proceso catalán es evidente porque, en caso de tropezar, los partidos defensores de la unidad de España podrían pedirles que abandonen la ruta soberanista. Además, hay un partido independentista, la CUP, que no se presenta a las generales, de modo que, de entrada, se perderán esos votos. Asimismo, Podemos está fuerte en Catalunya y es un rival difícil de batir porque, en unas elecciones como las generales donde se apela al voto útil, la idea de impulsar a un partido que defiende un referéndum y tiene opciones de lograr más escaños puede ser muy poderosa.

Homs aseguró que unas elecciones serían un “fracaso de la política española”, y propuso una candidatura de unidad. “El independentismo debería ser capaz de hacer una lista fuera de lo normal, extraordinaria. Precisamente para poner de manifiesto este contraste: fracaso de la política española-éxito del independentismo”, dijo. Pide ver unas nuevas generales como una oportunidad del independentismo.“Cuando la vida te deja con el balón delante de la portería, solo tienes que chutar, y podríamos chutar con una enorme fuerza”, recalcó.

Homs esbozó incluso la vía para dar forma a la candidatura, que surgiría de unas primarias en las que tendrían derecho a presentarse y a votar los “110.000 voluntarios que formaron parte de la lista de JxSí”. “Serían los protagonistas, darían impulso a una candidatura que debería tener un componente cívico y transversal extraordinario”, dijo Homs, que está dispuesto a no encabezar este proyecto electoral. “Esta candidatura sería un elemento de entusiasmo, ilusión y de operación colectiva”, alentó. - M.V.