Barcelona - Pedro Sánchez sigue con sus visitas a las comunidades autónomas para engrasar relaciones con los partidos que pueden facilitarle su investidura como presidente. Tras su paso por Valencia y Galicia, donde entre otros se ha reunido con las confluencias autonómicas de Podemos, hoy recalará en Catalunya donde tiene previsto mantener un encuentro con el president de la Generalitat, Carles Puigdemont. Sorprende la visita no ya solo porque no había sido anunciada, sino porque a priori parecería que el líder del PSOE y aspirante a la presidencia del Gobierno español no tiene mucho que ganar, salvo que se saque un as de la manga. El acuerdo sellado con Ciudadanos tiene el referéndum catalán, o cualquier gesto que se considere como veleidad nacionalista, como una línea roja infranqueable. Al mismo tiempo, Puigdemont avanzó ayer mismo que el precio que ha de pagar el socialista para recibir un apoyo, activo o pasivo, a su investidura es el referéndum. Así pues, se expone a un portazo que, además, sería interpretado desde Podemos como la prueba del algodón de que en la cuestión catalana no hay recorrido con el PSOE de Sánchez.

La posición que hoy defenderá Puigdemont ante el líder socialista la avanzó ayer la portavoz de Convergència (CDC), Marta Pascal, que recordó que el referéndum de independencia de Catalunya es condición imprescindible para apoyar una eventual investidura en el Congreso. “Para nosotros el referéndum es condición sine qua non y moneda de cambio para el voto afirmativo. La pregunta hay que hacerla a Pedro Sánchez”, señaló Pascal, en alusión a que su partido no se ha movido en el tema, y que tiene que ser el PSOE quien diga si acepta esta consulta.

La portavoz de CDC negó que defender el referéndum ahora suponga dar marcha atrás en su proyecto soberanista, algo que sí afirmó la coordinadora nacional de ICV, Marta Ribas, que subrayó que el partido convergente “recula” en sus posicionamientos, que antes era más unilaterales. Pascal defendió que no hay diferencia de criterio en lo que siempre ha defendido CDC, que es avanzar hacia la independencia de Catalunya. “El objetivo sigue fijado y es el Estado propio”, apostilló.

La visita de Sánchez a tierras catalanas se produce además en un momento en el que se ha fracturado la paz interna en el seno del Partido Socialista de Catalunya (PSC), después de que la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) y número dos del partido, Núria Parlón, dijera este domingo que el PSC “tiene un problema con el PSOE en relación con el derecho a decidir”. Sus palabras volvieron a poner sobre la mesa la división que históricamente ha marcado la relación entre los socialistas catalanes -favorables al ejercidio del derecho a decidir- y su matriz en el Estado español, reaccia a admitir ninguna pretensión que no sea la del federalismo.

Sánchez y Puigdemont se reunirán en el Palau de la Generalitat, a las 12.45 horas, y el encuentro servirá para analizar la actualidad política española y catalana. El secretario general del PSOE ha rechazado explícitamente el apoyo de los independentistas catalanes para gobernar pero ha garantizado su voluntad de tender puentes de diálogo con Catalunya para intentar encontrar una solución al conflicto territorial. Por su parte, el president de la Generalitat afirmó ayer que su gobierno está abierto permanentemente al diálogo en todos los ámbitos, desde el económico y el social hasta el político, y concretóo su disposición a dialogar “con políticos de todas las condiciones”.