MADRID - La votación de la sesión de investidura reveló en toda su crudeza a Pedro Sánchez las limitaciones de su pacto con Ciudadanos, en su momento presentado con pompa y boato como un acuerdo histórico que garantizaba la estabilidad de España, pero incapaz en realidad de arañar apoyos más allá de sus 130 escaños. Una suma que, previsiblemente, tampoco se ensanchará en la segunda votación de hoy. El problema para el resto de partidos estriba en Ciudadanos. Por un lado, como partido de centro-derecha de corte liberal, sus planteamientos económicos ahuyentan a la izquierda, que votará en contra de un acuerdo que no sube los impuestos a las rentas más altas ni, a su entender, deroga expresamente la reforma laboral. Por ese flanco de la política económica, el PSOE pierde a Podemos, IU y Compromís. Por otro lado, en el modelo territorial, Ciudadanos defiende postulados muy centralistas y rechaza cualquier concesión al nacionalismo vasco y al catalán. En esas condiciones, la reforma federal del socialismo ha quedado reducida a un mero enunciado en el documento, Sánchez ha tenido que comprometerse por escrito a rechazar un referéndum independentista, y no ha respondido a la agenda vasca del PNV. Por ese otro flanco, pierde a PNV, EH Bildu, DiL (Convergència) y ERC, que votarán en contra.

¿Qué otros socios le quedarían a Sánchez? Descartando al PP, que solo apoyará a Mariano Rajoy, solo queda Coalición Canaria, con un único escaño. En ese contexto cabe entender las constantes apelaciones de la izquierda y ámbitos nacionalistas a que Sánchez se aleje de C’s. El candidato socialista insiste en que un acuerdo en exclusiva con la izquierda no suma, y pretende tejer un pacto transversal con Ciudadanos y Podemos, que se declaran incompatibles. Tuvo que defender más de una vez su acuerdo con C’s en la sesión de investidura, instando al resto a no “menospreciarlo”.

rechazo Durante el Pleno del miércoles, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, coincidió en que la izquierda por sí sola no suma, pero puntualizó que Ciudadanos suma aún menos. PSOE, Podemos, Compromís e IU aglutinan 161 escaños, frente a los 130 que lograría el socialista con Ciudadanos. Además, vaticinó que un gobierno de izquierdas despertaría más simpatías y adhesiones entre los nacionalismos. Cabe recordar que Podemos propone un referéndum independentista para Catalunya y reconoce el carácter plurinacional del Estado.

Convergència confirmó esa misma tarde lo que Iglesias había intuido por la mañana. Tras escuchar algunas propuestas de Sánchez sobre infraestructuras y flexibilización del objetivo de déficit catalán, DiL dejó ver que no creería ninguna de sus promesas mientras gobernara con C’s. Francesc Homs repitió que la suma de izquierdas es posible.

El PNV se ha manejado con mayor prudencia, pero ha reconocido que la timidez de Sánchez a la hora de plantear una respuesta a la agenda vasca se debe a su pacto con C’s, que además es tan extenso que apenas deja hueco a los demás. El miércoles, Aitor Esteban se mostró sorprendido por que haya optado por C’s cuando “en el otro eje” podría tener mayorías más amplias. En cualquier caso, los jeltzales tampoco echan las campanas al vuelo con Podemos, en cuyo documento de propuestas habrían detectado medidas recentralizadoras, por no mencionar el clamoroso olvido de Iglesias en su discurso, cuando aseguró que ninguna central nuclear va a cumplir cuarenta años esta legislatura y fue corregido por Sánchez, que le recordó Garoña.

votos En la votación de hoy, Sánchez no necesita una mayoría absoluta de 176 escaños, sino que le bastaría con recabar más votos a favor que en contra, algo que tampoco sucederá salvo sorpresa mayúscula. Tras ese nuevo fracaso, está por ver si mantiene su acuerdo con Ciudadanos o si opta por explorar una alianza de izquierdas. No parece que vaya a decantarse por la segunda vía, ya que varios barones socialistas recelan de un acuerdo con tanta dependencia de Podemos, al que ven como un partido radical que busca sustituir al PSOE, máxime después de que Iglesias relacionara a Felipe González con los GAL. Además, esa alianza de izquierdas le obligaría a contar con la abstención de los independentistas catalanes, votos que Sánchez rechaza. Y dentro del nacionalismo catalán la abstención de DiL parece más factible, pero no la de ERC.

El portavoz del PSOE, Antonio Hernando, reclamó ayer una disculpa a Iglesias, aunque pareció echar pelillos a la mar porque siguió reclamando el apoyo de Podemos en la investidura. Eso sí, aclaró que no lanzarían ninguna oferta de última hora. Desde Podemos, Íñigo Errejón se zafó de las presiones socialistas y avisó de que no vale con sacar a Rajoy “si dejamos su herencia” y sus políticas. Ninguna operación parece sencilla, y otras voces apuntan a una gran coalición entre PP, PSOE y C’s. Gana peso en las quinielas la opción de una nueva convocatoria electoral el 26 de junio.