bilbao - El Colectivo de Presos de ETA (EPPK en sus siglas en euskera) ha anunciado en un comunicado que los reclusos de la banda “no se arrepentirán” ni delatarán a otros miembros que hayan cometidos atentados aún no aclarados, y emplazan a los presos a una huelga de hambre el próximo 20 de este mes. El anuncio realizado a través del diario Berria y de naiz.info (la edición digital de Gara) constituye la primera declaración del grupo oficial de presos a las recientes manifestaciones del dirigente de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria en las que daba por finalizado el tiempo del denominado frente de cárceles y levantaba el veto que durantae décadas prohibía a los presos la posibilidad de acogerse a salidas individuales, acatar la legalidad y los beneficios penitenciarios, así como las evoluciones de grado.

En la conferencia ofrecida en Iruñea por el dirigente de Sortu el pasado 12 de enero, el dirigente de Sortu utilizó las mismas expresiones que el EPPK en este comunicado ya que rechazó que los pasos que en adelante pudieran adoptar los presos de ETA y de la izquierda abertzale ilegalizada fueran a cambio de un “arrepentimiento” o la “delación”. Era la primera vez que la izquierda abertzale realizaba un pronunciamiento en el que acataba la legalidad penitenciaria para los presos, tras décadas en las que la consigna era la de resistir sin ceder a los beneficios y derechos penitenciarios.

Las palabras de Rufi Etxeberria se comprendieron mejor al día siguiente con el anuncio por parte de la izquierda abertzale del acuerdo alcanzado entre, por una parte, los 35 encausados en el juicio de la ilegalizada Batasuna y, por otra, la fiscalía de la Audiencia Nacional y las asociaciones de AVT y Dignidad y Justicia. En virtud del acuerdo, los acusados aceptaban una rebaja de la pena de prisión que, en la práctica, evita su encarcelamiento.

En la nota, el EPPK afirma que “poniendo como ejemplo la triste trayectoria de algunos de nuestros exmiembros, se nos pide que nos arrepintamos, sabiendo que no nos vamos a arrepentir; se nos pide que denunciemos a nuestros miembros, sabiendo que no los vamos a denunciar; nos incitan a que digamos lo que no creemos, sabiendo que no vamos a hacer nada de eso”. La alusión al arrepentimiento y la delación es una crítica dirigida básicamente a los presos acogidos a la denominada vía Nanclares por haber sido en su momento acercados a la prisión alavesa y haberse acogido a los beneficios penitenciarios y aceptado la progresión de grados. Sin embargo, estos reclusos nunca han expresado su arrepentimiento ni han delatado a ningún miembro de ETA, ya que las condiciones para disfrutar de esos beneficios eran la desvinculación expresa de la organización armada, el rechazo de la violencia, el reconocimiento del daño causado a las víctimas y el pago de la responsabilidad civil por los daños causados en función de las posibilidades económicas de cada preso.

Hasta donde se puede leer en el avance del comunicado publicado ayer, el EPPK no aclara si los presos aceptarán la legalidad penitenciaria, tal y como recomendó el influyente dirigente de Sortu, ni si atenderán a la demanda de una salida individual a su situación. También carga contra agentes políticos que “en otras etapas se mostraban favorables a la solución y ahora han variado su actitud y priorizan sus intereses particulares”. No especifica a quién va dirigida esa crítica, aunque previsiblemente la nota íntegra clarificará este extremo.

Sobre las escisiones en el seno de la izquierda abertzale por sus diferencias en torno a la amnistía de los presos a la que ha renunciado Sortu, el EPPK sostiene que “el colectivo es plural, las razones por las que nos trajeron a la cárcel son numerosas, y la trayectoria de cada uno de nosotros, tanto en la lucha en la calle como en prisión, es plural”.